Greenspan respalda ante el Senado la privatización del sistema de pensiones propuesta por Bush
El presidente de la Reserva Federal (banco central de Estados Unidos), Alan Greenspan, dio ayer un importante espaldarazo ante el Senado a la privatización parcial del sistema de pensiones propuesta por la Casa Blanca. Greenspan apoyó que se transfieran los impuestos que se destinan a la Seguridad Social hacia cuentas privadas de ahorro, aunque dijo que el cambio debe hacerse con cautela. También anticipó nuevas subidas de tipos.
El presidente de la Reserva Federal está considerado como una autoridad en este campo por ser uno de los ingenieros de la última reforma en 1983, por eso su opinión sobre la propuesta del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, era esperada con impaciencia por los senadores. En su intervención inicial, Greenspan se limitó a decir que es "imperativo restaurar la disciplina fiscal" y advirtió de que "las elecciones serán difíciles" ante la ola de jubilaciones entre la generación del baby-boom, en 2008.
Los senadores no quisieron esperar y la primera pregunta del debate fue directa. Su respuesta fue todavía más clara al decir que el sistema actual está en crisis y apoyó la idea de crear cuentas privadas de ahorro. "Es una buena vía a largo plazo y la apruebo", dijo. Greenspan explicó que la estructura actual de la Seguridad Social "no funciona", porque no permite crear ahorros a los jubilados. "Hay un importante agujero", remachó.
Pero anticipó que el coste financiero de la transición "será enorme" y dejó claro que la introducción del nuevo sistema debe hacerse con "cautela" y de forma "gradual", porque no está claro cómo responderá el mercado a este tipo de "ahorro forzado". Greenspan reconoció que la Reserva Federal se opone en general a políticas que pueden traducirse en un aumento del déficit, pero explicó que la reforma de la Seguridad Social es uno de los "raros casos" en los que el incremento del déficit no se traduce en una reducción del ahorro.
El otro punto de interés estaba en lo que iba a decir sobre la situación económica. Se trataba de adivinar cómo van a evolucionar los tipos de interés. Greenspan se limitó a decir que la economía está en "una buena fase de expansión, con la inflación y las expectativas afianzadas". Aunque advirtió de que la evolución de los precios dependerá de la energía, el dólar y la productividad, y eso determinará el ritmo de las futuras subidas de tipos.
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