Los 'tories' británicos proponen pruebas de sida a los inmigrantes

El Partido Conservador británico dio ayer otra vuelca de tuerca a sus propuestas electorales sobre inmigración al asegurar que, si llegan al poder, someterán a análisis para detectar el sida, la tuberculosis y la hepatitis B a todos los inmigrantes que pidan permiso para residir más de un año en el Reino Unido. Quienes den resultado positivo en tuberculosis serán rechazados de inmediato.

En el caso del sida y la hepatitis B, los expedientes serán estudiados caso por caso para asegurarse de que no constituyen un riesgo para la salud pública ni una carga desmesurada para el contribuyente.

Con esta propuesta, el líder tory Michael Howard ha logrado mantener la precampaña electoral en el terreno de la inmigración, uno de los pocos en los que los conservadores están recibiendo el respaldo de los electores, según los sondeos. Dos de cada tres electores apoyan las propuestas de Howard de imponer cuotas tanto para los inmigrantes económicos como para los demandantes de asilo político.

En el caso de los candidatos a refugiados políticos, Howard aseguró que ninguno será rechazado aunque dé positivo en los análisis, pero defendió la necesidad de que se sometan también a esas pruebas para poder recibir atención médica y tratamiento en caso de que den resultado positivo.

Los tories defienden sus propuestas con el argumento de que los casos de tuberculosis en el Reino Unido han aumentado un 25% en los últimos 10 años y casi dos tercios de los enfermos proceden de ultramar. La Fundación Pulmonar Británica advirtió ayer que "la tuberculosis no sólo es importada, estamos viendo también un auge en muchas secciones de la población nacida en el Reino Unido".

Aunque los laboristas definieron la propuesta de Howard como "un intento desesperado para tapar el plan de acción a cinco años sobre inmigración" presentado la semana pasada por el Gobierno, la reacción del Ejecutivo ha sido cauta. El viceministro responsable de Inmigración, Des Browne, dijo que la propuesta tory "llega un poco tarde" porque en realidad el Gobierno está aplicando en parte esa política, aunque no de manera generalizada. Des Browne reveló que en el último año han sido realizados 175.000 análisis de tuberculosis en el aeropuerto de Heathrow y 10.000 en el de Gatwick, ambos en Londres, que han dado menos de 200 resultados positivos. En estos casos los inmigrantes son devueltos a su país para que sigan tratamiento allí antes de poder entrar en el Reino Unido. Según Browne, sólo son analizados los inmigrantes procedentes de zonas consideradas de alto riesgo.

Los conservadores proponen que los análisis se realicen en los países de origen y los gastos vayan a cargo de los candidatos. Deberían someterse a los análisis los inmigrantes procedentes de fuera de la UE que quieran estar más de un año en el Reino Unido; los que quieran estar más de seis meses y procedan de zonas de alto riesgo y todos los que quieran trabajar en el sector sanitario. La propuesta se inspira de manera directa en la política que se aplica en Nueva Zelanda. Según Howard, una cincuentena de países someten a controles sanitarios semejantes a los inmigrantes.

Los liberales-demócratas, incómodos en una precampaña electoral que en las últimas semanas ha dado un claro giro hacia la derecha, advirtieron ayer a los laboristas y a los conservadores de que llevan camino de "expandir los prejuicios, en lugar de combatirlos". "Estamos ante otro preocupante paso hacia la guerra de palabras sobre asilo e inmigración. Howard sabe bien a qué juega y la historia ha demostrado que es un juego muy peligroso", dijo el portavoz de Interior, Mark Oaten.