EE UU llama a consultas a su embajadora en Damasco tras el asesinato de Hariri
Washington califica la presencia de Siria en Líbano de "fuerza desestabilizadora"
Estados Unidos, que sospecha que hay una mano siria detrás del atentado que costó la vida al ex primer ministro libanés Rafik Hariri, cree que Siria es una "fuerza desestabilizadora" en la zona. El Departamento de Estado retiró ayer a la embajadora en Damasco para consultas, un mensaje inequívoco de desconfianza ante las afirmaciones del Gobierno sirio de que no tiene nada que ver con lo ocurrido en Beirut y de que las sanciones ahora en vigor podrían acentuarse. Washington pidió además al Consejo de Seguridad que condenara el atentado y exigiera un castigo contra los culpables.
El Departamento de Estado, al notificar la decisión de llamar a la embajadora Margaret Scobey a Washington, manifestó la "profunda indignación" de EE UU por el asesinato de Hariri. Richard Boucher, portavoz de Condoleezza Rice, dijo que la embajadora había sido convocada para "consultas urgentes" sobre los problemas que hay en las relaciones con Siria y debido a la "profunda preocupación" por el atentado. Además, porque "Siria mantiene una notable presencia militar y de espionaje en Líbano, en contradicción con lo que estipula la resolución 1.559 del Consejo de Seguridad de la ONU". Antes de abandonar Damasco, la embajadora expresó ante el Gobierno sirio el mensaje de preocupación y dejó claro que EE UU le hace responsable del atentado.
Por su parte, Scott McClellan, portavoz de la Casa Blanca, dijo ayer que Siria es "una fuerza de desestabilización" y reiteró que los 15.000 soldados que ese país mantiene en Líbano desde 1990 deben retirarse. Sin culpar a directamente a Siria por el atentado que mató a Hariri y a otras 16 personas, la Casa Blanca había dicho horas antes que lo ocurrido es "un terrible recordatorio de que los libaneses deben ser capaces de lograr sus aspiraciones y determinar su propio futuro político en libertad y sin la violencia y la intimidación que supone la ocupación de Siria". Ayer, McClellan reiteró que "es pronto aún para saber quién ha sido responsable", pero añadió: "La presencia de Siria en Líbano es una fuerza de desestabilización. El atentado terrorista subraya aún más la importancia de dejar a los libaneses que controlen su futuro".
En cuanto al Consejo de Seguridad, el propósito de EE UU es, según la Casa Blanca, "consultar con otros Gobiernos sobre las medidas que se pueden tomar para castigar a los responsables del atentado terrorista, para acabar con la violencia y la intimidación contra los libaneses y para restaurar la independencia, la soberanía y la democracia de Líbano y liberar al país de la dominación extranjera". El Consejo, que el pasado otoño pidió -a instancias de EE UU y Francia- la retirada de las tropas sirias de Líbano, condenó ayer el asesinato.
¿Habrá nuevas sanciones? EE UU las aplica desde que, en octubre de 2003, se aprobó la Ley de Exigencia de Responsabilidad a Siria. Hace diez meses, la Casa Blanca incrementó la presión prohibiendo todas las exportaciones no relacionadas con alimentos y medicinas y anulando la comunicación aérea con Siria. El Departamento del Tesoro ha congelado además los activos financieros de sirios acusados de colaborar con grupos terroristas. Según una fuente del Departamento de Estado citada por The New York Times, "está claro que vamos a apretar las tuercas; ha habido una progresión constante de presión hasta ahora, pero va a aumentar después de este atentado. Incluso aunque no haya pruebas que vinculen al país con lo ocurrido, Siria ha permitido que Líbano se desestabilice, por negligencia o a propósito".
Richard Boucher también dijo que había sido muy cuidadoso con sus palabras y que no se acusa a Siria por el momento, pero que el atentado recuerda que su presencia en Líbano "no es buena ni ha supuesto nada bueno para los libaneses. El atentado contra Hariri cuestiona la razón oficial de la presencia de Siria en Líbano, la de garantizar la seguridad interna del país". Y la preocupación estadounidense con Siria es más amplia; además de Líbano, está "la continua presencia y las actividades operativas de grupos terroristas internacionales, y de del régimen iraní dentro y a lo largo del territorio sirio, y el uso de ese territorio por parte de la insurgencia iraquí".
Richard Armitage, número dos de Colin Powell, visitó Damasco el 2 de enero para advertir a las autoridades sirias sobre la infiltración de grupos armados en Irak y el respaldo a organizaciones terroristas que actúan contra Israel, como Hezbolá. Armitage dijo que había mejorado el control de la frontera con Irak, pero que era necesario dar "nuevos pasos".
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