Las estrellas claman contra el racismo
Ronaldinho y Deco exigen medidas, y Henry dice que lo que pasa en el campo "es una imagen de la sociedad"
"Los jugadores queremos hablar para que se acabe el racismo", dijo Ronaldinho; "entre todos tenemos que luchar contra este problema y las instituciones tienen que tomar medidas. Por eso hemos alzado la voz todos juntos". El partido que organizó ayer la FIFA para ayudar a las víctimas del maremoto en Asia se convirtió en una plataforma espontánea contra el racismo. En el hotel en el que se citaron los jugadores, en plena Diagonal de Barcelona, Ronaldinho, Henry y Deco -tres de las grandes estrellas mundiales- se manifestaron en contra de un fenómeno que en España se acrecienta una semana tras otra, partido a partido. En la última jornada liguera, por ejemplo, los cameruneses Eto'o, del Barça; Kome, del Getafe, y Kameni, del Espanyol, negros, fueron humillados desde la grada de La Romareda, en Zaragoza, el primero, y del Olímpic de Montjuïc, los segundos.
"El día que un negro se vaya de un campo, me iré con él", afirma el colegiado Iturralde
La situación, que ha llegado al extremo de que Kameni fue víctima de sus propios hinchas porque les pidió que no insultasen a Kome, expresan una realidad social que inquieta cada día más a los futbolistas. Uno de ellos es Thierry Henry, el delantero francés del Arsenal que, al ser objeto de insultos racistas por parte del seleccionador español, Luis Aragonés, en noviembre pasado, detonó una polémica en toda Europa. La multa que el juez instructor ha propuesto para Aragonés, 3.000 euros, no sirve para frenar los incidentes. Pero ayer Henry ninguneó ese debate: "No está cerrado el tema de Aragonés porque nunca estuvo abierto. Eso fue un problema suyo. El que afecta al fútbol es otro", dijo el delantero. "Lo que pasa en los campos es un reflejo de la sociedad. Los jugadores no sabemos de razas, fronteras, lenguas o color de la piel. En el deporte no existen esas barreras", aseguró Henry.
Los cánticos contra Eto'o en La Romareda dejaron perplejos a los jugadores del Barça, que ayer se dejaron ver apesadumbrados. "¡Sólo preguntas sobre el maremoto!", reclamaban los funcionarios de la UEFA para reconducir las conferencias de prensa. Pero, hartos de ser víctimas de actitudes xenófobas, los jugadores hablaron de racismo. De entre los azulgrana, Deco articuló el discurso más claro. Así, responsabilizó al árbitro Carmona Méndez de omitir evidencias. "En Zaragoza todos escuchamos los abucheos", se lamentó; "no entiendo que no lo reflejase en el acta. Dijo el que el comportamiento del público fue normal, pero todos vimos otra cosa. Es hora de tomar medidas", reclamó el portugués de origen brasileño. "¿Sancionar a los clubes? Puede", convino.
Si se atiende a Carmona Méndez, en Zaragoza no se escuchó nada en el campo, pero lo cierto es que Eto'o bailó como un mono al celebrar un gol: "Lo hice porque me trataron como a un mono", explicó. Kameni, en manifestaciones al diario As, fue concluyente: "Me siento muy querido en el Espanyol y me gustaría decir, sin que suene a amenaza, que o cesan estos actos o mis sentimientos cambiarán".
"En el campo se escucha perfectamente de donde vienen los gritos racistas", aseguró el colegiado Iturralde González, que actuó de cuarto árbitro en el partido de anoche en el Camp Nou. En ese sentido, denunció que el problema es de sobra conocido por los clubes "pero no toman medidas": "Saben perfectamente quien actúa de manera racista, pero no intervienen".
"Tiene que pasar algo gordo para que se solucione el tema", comentó Iturralde, reflexionando sobre la trascendencia de lo que viene ocurriendo en España; "el fútbol es un espejo para los jóvenes y la gente que debe tomar medidas no parece tener conciencia de lo grave que es el problema". Según explicó, los árbitros españoles recibieron orden en noviembre de 2004 de, primero, reclamar al delegado para que inste a poner fin a través de la megafonía a cualquier actitud racista procedente de la afición y, segundo, hacerlo constar en el acta si no se logra disuadir a los espectadores.
El árbitro vasco denunció que el problema es de alcance: "Cada semana sufren los futbolistas negros. Padecen actitudes racistas. Pero sólo parecen tener eco en los medios cuando afectan a jugadores del Barça o del Madrid". Solidario, se comprometió a irse de un campo junto al primer negro que un día decida abandonar el terreno de juego por racismo: "El día que un jugador diga basta y abandone el estadio, me iré con él".
Pierluigi Collina, que acudió a Barcelona para pitar el partido en beneficio de las víctimas del maremoto, añadió: "El racismo es pobreza, algo que no debe existir en ningún lugar del mundo".
Gianfranco Zola, que ronda los 40 años y sigue en activo en el Cagliari, se declaró preocupado por el clima enrarecido en los estadios. "Este deporte no puede vivir aislado de la realidad social en la que está instalado", dijo el italiano; "le corresponde un rol importante. Afecta al modo de vida de mucha gente. Estoy preocupado por la agresividad que advierto y creo que está relacionada con los problemas sociales, políticos y económicos en Italia y en todo el mundo. Los jugadores no pueden permanecer al margen de lo que sucede a su alrededor. No sólo se trata de jugar a la pelota. Debe haber un compromiso entre el fútbol y la realidad social".
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