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Crónica:LA CRÓNICA
Crónica
Texto informativo con interpretación

El extraño caso de las lentillas para gallinas

Claudi Pérez

Las gallinas tienen ciertas tendencias agresivas que pueden acabar reduciendo la producción de huevos en un gallinero. Una solución a ese problema puede ser cortarles el pico, aunque hace poco más o menos cuatro décadas a algún agudo emprendedor -estadounidense, por más señas- le debió de parecer una medida un poco violenta y se le ocurrió agarrar a las gallinas y ponerles unas lentillas para reducir su visión, evitar así molestos picoteos entre ellas y elevar la productividad. Los americanos, ya se sabe...

Este extraño negocio puede parecer una memez, pero si a uno le da por estudiar un master in business administration (MBA) para convertirse en ejecutivo de grandes empresas, no le va a quedar más remedio que estrujarse las meninges y elaborar un plan de negocio para sacar adelante la idea. Al fin y al cabo, es una forma de ganar dinero como cualquier otra.

El programa MBA del IESE celebró ayer su cuadragésimo aniversario en Barcelona con la presencia de destacados ex alumnos

Al emprendedor americano de nuestra historia no le fue mal: acabó ganando dinero después de unos inicios algo azarosos. A la escuela de negocios IESE, tampoco: expone el caso de las lentillas para gallinas en su programa MBA para formación de altos ejecutivos desde hace 40 años. Un prodigio de longevidad, de éxito -está entre los MBA más prestigiosos del mundo-, y en ocasiones, una caja de sorpresas. Sólo así se explican algunos de los casos con los que tienen que lidiar los sufridos estudiantes del master durante dos esforzados años por 60.000 del ala.

Trajes oscuros, camisas claras, corbatas. Anglicismos y abundante nomenclatura relacionada con el mundo de los negocios. En cualquier visita al IESE se espera un poco de lo uno y de lo otro; en general, pocas salidas de tono, seriedad, alguna referencia a San Josemaría y, si la ocasión lo merece, sabrosos canapés. Al margen de las gallinas, ayer no hubo sustos con el vestuario -ni con los canapés- en la celebración del cuadragésimo aniversario del programa MBA por el que pasan los futuros consejeros delegados de las empresas. Media docena de ex alumnos que después han destacado en el mundo empresarial desgranaron sus experiencias en el master.

María del Pino Velázquez, directora general de Unisono Soluciones y estudiante en la promoción de 1991, contó la historia de las lentillas y arrancó las risas cómplices de los estudiantes que 14 años después se las ven y se las desean para diseñar un plan de mercadotecnia a la altura de la genial idea. Le preguntaron a Del Pino sobre los recuerdos de sus dos años en el IESE. Contó lo mucho que le impactó la Barcelona preolímpica, el buen ambiente de su promoción, el buen hacer de los profesores, esas cosas. Y tras una pausa teatral, no lo dudó: las gallinas. "El caso se estudiaba ya en las primeras promociones dentro de la asignatura de dirección de marketing", explicaba ayer el director del programa MBA, Francisco Iniesta. "Lo eliminamos durante unos años, pero ante la demanda popular y el tardío éxito del emprendedor americano de las lentillas, lo recuperamos".

Compartieron mesa con Del Pino varios ejecutivos catalanes y madrileños, e incluso uno británico (Christopher Daniels, de Barclays), fiel reflejo de los nuevos tiempos: tres de cada cuatro alumnos del master son extranjeros. Entre la hornada de directivos que dejará el IESE en 2006, cabe destacar un par de datos más: tienen una edad media de 27,5 años y una experiencia laboral de casi cinco. Y son capaces de leer a Shakespeare sin traducción: la mayor parte del curso se imparte en inglés y sin subtítulos en castellano.

Jordi Mercader, vicepresidente de La Caixa y presidente de la papelera de Miquel y Costas -además de ex presidente del INI y un currículo que sólo puede resumirse con un largo etcétera-, explicó que allá por 1969 la carrera de ingeniero "duraba sólo siete años. Contarle a tu padre que ibas a seguir estudiando era realmente complicado. Sobre todo a la hora de explicarle el precio". Eso no ha cambiado mucho. Los 60.000 euros actuales eran 30.000 pesetas en 1964, cuando la primera promoción inició su andadura. Una fortuna, entonces y ahora. Según Mercader, al acabar el master "podías contestar a la pregunta de para qué sirve un stock o hablar de planificación estratégica, que aún hoy es como hablar de Einstein".

Sobre el IESE y los MBA hay una retahíla de tópicos más o menos ciertos: de la vestimenta al lenguaje, pasando por algunos de los coches aparcados en los aledaños de la sede de la escuela de negocios de la Universidad de Navarra, situada en la avenida de Pearson, en la zona noble de Barcelona. Pero con los lugares comunes suelen cometerse injusticias. No todos son niños ricos, no todos responden al estereotipo. Y sobre todo, no todos son aburridos. El auditorio estallaba ayer en un estruendo de risas cuando los ex alumnos contaban anécdotas sabrosas. Pero también hubo tiempo para ponerse serios y recibir consejos: "Hay que asumir riesgos, hay que trabajar duro, hay que enfrentarse a la exigencia máxima", explicaban Rafael Villaseca (Gas Natural), Antonio González-Adalid (Enagas) y Rosario Martín (BBVA) para describir el camino hacia un cargo directivo. "La empresa está muy bien, pero fuera de los negocios hay otras cosas. En 1969 había una sola mujer entre los alumnos de la promoción y tuvo que aguantar a 30 monstruos. Eso son pocas alternativas. Afortunadamente, las cosas han cambiado", explicó Mercader a un auditorio entregado.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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