Fox critica a EE UU por endurecer su política migratoria con México

El presidente mexicano, Vicente Fox, tendrá que emplearse a fondo en la reunión que mantendrá en marzo en Washington con George W. Bush, para atemperar el endurecimiento en la política migratoria que está mostrando Estados Unidos. Fox ha dicho que con la reciente aprobación por la Cámara de Representantes del proyecto de ley antiinmigratorio Real ID (Identificación Auténtica), EE UU opta por medidas que no tienen que ver con el mundo de hoy.

"Es una decisión del Congreso de Estados Unidos, apoyada por su Gobierno, con la cual no estamos de acuerdo", declaró el gobernante mexicano.

El proyecto de ley, conocido con las siglas HR 418, es iniciativa del congresista republicano de Wisconsin y presidente del Comité Judicial, James Sensenbrenner. El texto, aprobado la semana pasada por 261 votos a favor y 161 en contra, autoriza la construcción de un nuevo tramo del triple muro metálico en el sector fronterizo entre Tijuana y San Diego, prohíbe a los gobiernos de los Estados la expedición de licencias de conducir a los inmigrantes indocumentados, tal y como ocurre actualmente en Florida, endurece las medidas de control de los extranjeros que ingresen a territorio estadounidense, y aumenta el número de agentes de la Patrulla Fronteriza y el Servicio de Aduanas. El futuro del proyecto queda ahora en manos del Senado. Teniendo en cuenta la mayoría republicana en la Cámara alta, es prácticamente seguro que el texto se convertirá en ley en cuestión de semanas.

Un dato no menor es que la iniciativa legislativa del congresista Sensenbrenner cuenta con el respaldo de George W. Bush. El día anterior a la votación en la Cámara de Representantes el presidente expresó su apoyo a la Real ID en una comunicación dirigida a los congresistas.

Por su parte, Vicente Fox confía llegar a la Casa Blanca antes de la votación en el Senado, con el objetivo de lograr un acuerdo que regule el flujo migratorio, en el cual esté garantizada la documentación y los derechos laborales de los mexicanos que tienen empleo en Estados Unidos. La cifra de indocumentados en EE UU oscila entre seis y ocho millones, y alrededor de 350.000 inmigrantes sin papeles ingresan ilegalmente al país cada año.

En opinión de Jorge Bustamante, investigador sobre las migraciones de México a Estados Unidos y profesor de la Universidad de Nôtre Dame, en Indiana, no hay ningún elemento que permita pensar que el Senado norteamericano votará de distinto modo al de la Cámara de Representantes. "El ánimo en el Congreso es predominantemente anti-inmigratorio", advierte. El giro hacia posiciones de mayor dureza por parte de la Administración Bush obedece, según Bustamente, a razones de política interna en Estados Unidos. Concretamente, Bush necesita el apoyo sin fisuras del Partido Republicano para aprobar otras iniciativas legislativas, como la reforma de la Seguridad Social que está en marcha.

La duda es si medidas como la prolongación del muro metálico que EE UU levantó en 1993 sirven realmente para frenar la inmigración ilegal. "De ninguna manera", contesta con firmeza el profesor Bustamante. "No sirve de nada, sólo para apaciguar los ánimos de los más radicales anti-inmigratorios". La realidad es que el ingreso de indocumentados en Estados Unidos a través de la frontera de 3.200 kilómetros con México no ha disminuido, pese al muro metálico y a las sofisticadas medidas de vigilancia, porque la demanda de mano de obra sigue siendo muy elevada en el vecino del Norte. "La emigración ilegal aumenta cuando se endurece la política migratoria", señala un portavoz del presidente Fox.