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Reportaje:REFERÉNDUM EUROPEO | La opinión de los ciudadanos

"Erasmus ha cambiado mi visión"

Una estudiante italiana en Bilbao y dos alumnos vascos en Holanda y Grecia relatan sus impresiones

Deborah Varoni está preparando sus maletas. Después de una estancia de cuatro meses en la Facultad de Bellas Artes de la UPV, mañana vuelve a su Ravena natal. Regresa a la ciudad italiana donde reposan los restos de Dante con nuevas experiencias, nuevas amistades y una percepción diferente de su condición de ciudadana europea. "Erasmus ha cambiado mi visión de Europa. Antes la veía como algo que no tenía mucho que ver conmigo, que estaba lejos de mi entorno, pero en estos meses he podido ver que la realidad europea es mucho más abierta de lo que pensaba", afirma. Y a continuación añade que, si pudiera votar en el referéndum del domingo, daría un "sí". "Espero que el futuro sea eso, una Europa más unida", dice.

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Un paso hacia Europa desde la Universidad

En el tiempo que ha pasado en Bilbao ha podido conocer a personas con distinta nacionalidad pero con inquietudes y deseos comunes, como su amigo francés estudiante de Medicina o un alemán que cursa Sociología, ambos compañeros suyos en las clases de castellano para Erasmus, además de comprobar que las diferencias no son tantas como ella creía. "La verdad es que lo que nos distingue no es tanto como se puede pensar. Los bilbaínos me han parecido muy amables, muy simpáticos. Lo único que me ha parecido extraño y diferente a Italia es esa costumbre que tienen de orinar en la calle", comenta con ironía.

Igual de satisfecha se muestra con el funcionamiento de la facultad que la ha acogido, a la que no duda en calificar como superior a la suya. "El nivel académico me ha parecido muy bueno". En su balance general, subraya el carácter de "reto personal" de la experiencia Erasmus. "Estás en un país en el que no conoces a nadie y debes salir adelante. Para mí ha sido como una prueba personal, y el resultado ha sido muy positivo", apunta.

El paso en 2004 por una de las universidades de la ciudad holandesa de Groningen también resultó muy gratificante para Aitor González, un eibarrés de 21 años, estudiante de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Sarriko. El curso que vivió allí le ha servido para comprobar que, aunque a primera vista las diferencias entre las personas de los distintos países europeos son muy grandes, al final predominan las similitudes. Al igual que en el caso de Deborah, su aventura holandesa ha hecho que observe la realidad europea como algo más cercano y cálido.

Pero aunque se siente más identificado que antes con el concepto de Europa como espacio común, no tiene aún decidido su voto sobre la Constitución Europea. "Todavía no he leído el documento y no he decidido lo que voy a votar, porque tampoco se trata de votar por votar", argumenta.

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Quien sí tiene claro el sentido de su sufragio es Estibaliz, alumna también de Sarriko y que el año pasado cursó sus estudios en Atenas. Ella optará por el "no". "Yo soy vasca y mis raíces son las que son, y aunque Europa se una, no van a desaparecer. De hecho, siempre que vas a otro país europeo te preguntan de dónde eres. Este documento no defiende nuestros derechos culturales, hay vacíos y temas que no abarca. Por eso voy a decir "no", afirma.

En cualquier caso, defiende la iniciativa Erasmus. "Te abre el mundo. Te permite comprobar que no estamos tan adelantados como creemos, te anima a ver Europa y a seguir conociéndola y te permite comprobar, sobre todo en el caso de los países mediterráneos, que no somos tan diferentes. Es una experiencia que hay que vivirla", insiste Estibaliz.

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