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VISTO / OÍDO
Columna
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Militares contra terroristas

No me parece mal que se ordene que las Fuerzas Armadas se empleen contra el terrorismo. A condición de que se defina qué es el terrorismo. La Academia está ya bastante disgustada con la definición de matrimonio, y lucha entre la etimología, lo consuetudinario y las nuevas incorporaciones en las bodas. Al terrorismo le llaman "dominación por el terror", y son claramente las dictaduras, las autocracias o las democracias de tiburones; y también la "sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror". Los desmandados distinguimos más variantes: el terrorismo es el de una potencia armada contra otra inerme, y las respuestas de ésta. Terrorismo es Sharon, terrorismo de Bush, por citar la actualidad. Respuesta de esos países: un terrorismo. El 11 de marzo, Madrid tuvo un ataque terrorista equivalente a una respuesta guerrera a la decisión de este Gobierno-Estado (las definiciones clásicas también fallan) de entrar en guerra contra los islamistas: mandamos soldados y ellos envían los suyos; sus civiles movilizados, como en todas las guerras. Parece que hemos salido de esa guerra, aunque no del todo, porque colaboramos con la de Afganistán para compensar al imperio dominante. No creo que sea motivo de represalias. Hemos aprobado las elecciones de Irak: mal asunto. Como se trata de una guerra, es lógico que aumenten las actuaciones militares. Ojalá sirvan.

Pero el terrorismo sigue sin definir. Aznar con el vasco sembró la confusión, y encontró un terreno abonado en muchos civiles. No en otros, que advertimos que el proceso de ampliación de la inculpación de terrorismo acusando a quienes no lo eran e incluso a los que lo detestaban, prometía unas acciones violentas o represivas, confiadas al espionaje, la Guardia Civil, la Policía, que tomaran un carácter político. Con esas medidas se desmantelaron periódicos y partidos. La confusión deliberada de su régimen con la idea paranoica de que todos los terrorismos son iguales se produce mucho en estos espíritus fuertes: permiten que se extienda la dominación por el terror.

Y en la Constitución que siempre se cita se dice que el Ejército podrá impedir cualquier división de España, o cualquier atentado a su integridad. Lo repitió Bono en la Pascua militar. Supongo que debería aclararse que esta ley no es para eso, y que lo que debe dominar es un cierto espíritu de negociación que se olfatea.

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