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Entrevista:ÍÑIGO MÉNDEZ DE VIGO | Eurodiputado del PP | REFERÉNDUM EUROPEO | La campaña por el voto

"Decir que la Constitución es atea es una idiotez"

Carlos Yárnoz

Íñigo Méndez de Vigo (Tetuán, 1956) es el político español que más de cerca ha vivido los entresijos y peleas durante la elaboración de la Constitución europea. Lo cuenta con detalle en su libro El Rompecabezas. Como representante del Parlamento Europeo, este eurodiputado del PP fue uno de los 12 elegidos para formar el Presidium de la Convención que redactó el proyecto constitucional bajo la batuta de Valéry Giscard D'Estaing. Estos días se distingue por intentar convencer a los suyos de que votar no tiene nada que ver con hacer un favor al Gobierno socialista.

Pregunta. ¿Está realmente activo el PP en esta campaña?

Respuesta. El PP nunca ha tenido ninguna duda sobre cuál era su posición sobre la Constitución europea, entre otras cosas porque la Constitución refleja en una enorme medida los valores, principios y creencias del PP.

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P. ¿Teme una baja participación?

R. Éste es un referéndum consultivo, no vinculante jurídicamente, aunque sí políticamente. Quiero salir al paso de los que dicen que da igual lo que se vote porque las Cortes votarán luego lo que quieran. No es así. Si los españoles votan no, está claro que las Cortes no pueden ratificar la Constitución. El secretario de Estado Alberto Navarro ha dicho que espera que la participación sea al menos la registrada en los dos referendos anteriores

[sobre la Constitución española y sobre la OTAN], que fue superior al 65%. Me parece un buen objetivo.

P. En los mítines y debates en los que participa, ¿ve interés en los ciudadanos por la Constitución?

R. Hay un gran desconocimiento. Y también mitos.

P. ¿Por ejemplo?

R. Que la Constitución es atea, que no está Dios ni las raíces cristianas. Eso es una idiotez. Hay que comparar con lo que hay en la realidad. Los Tratados de la UE nunca han incluido referencias religiosas. En la Constitución, en cambio, hay un reconocimiento de las Iglesias y de sus relaciones con la Unión. Y hay una referencia a la herencia religiosa en Europa en la primera línea del Preámbulo. Otro mito es que la Constitución está hecha por masones.

P. ¿Eso se comenta en los mítines a los que usted asiste?

R. No en los mítines, pero sí en conversaciones y tertulias. Se pone como ejemplo el artículo 52, donde se habla del reconocimiento de las Iglesias y de las confesiones religiosas y filosóficas. Y dicen que eso es porque Giscard D'Estaing es masón. Pues no. Esa frase es de una declaración aneja al Tratado de Amsterdam, y nosotros la reprodujimos tal cual porque era una prioridad para las Iglesias.

P. Mitos aparte, ¿qué interesa a los que asisten a los mítines del PP?

R. Saber en qué medida la Constitución constituye un obstáculo frente al peligro que corre España de disgregación, frente al plan Ibarretxe.

P. O sea, temas nacionales.

R.Temas nacionales. También les importa la cuestión de Turquía, y la pérdida de peso de España.

P. El Partido Popular Europeo (PPE), y usted personalmente, fue decisivo para que Europa se defina ahora como "unión de ciudadanos y Estados", no "de pueblos y Estados", como querían los nacionalistas.

R. Sin duda. Desde los años cincuenta, los tratados hablaban de "la unión más estrecha entre los pueblos europeos". Por "pueblos" se entendía el pueblo alemán, el pueblo francés, el pueblo italiano... no el pueblo vasco, el pueblo alsaciano o el pueblo bretón... Pero esa indefinición del término ha sido utilizada por nacionalistas. En los años noventa ya hubo un cambio fundamental al introducirse el concepto de "ciudadanía". La UE apuesta por el individuo, con independencia de que sea vasco, bretón o bávaro; por el individuo portador de derechos, de una ciudadanía europea que se suma a la nacional.

P. Y el PPE decidió incorporar ese concepto a la Constitución.

R. Nos pareció que había llegado el momento de sustituir un concepto anticuado como el de "pueblos", que era un concepto histórico, por el concepto más moderno de "ciudadanos", y eso evidentemente también tiene una repercusión en el plan Ibarretxe, fundamentado en un hipotético "pueblo vasco" que ejerce unos derechos colectivos. Bueno, pues para la Constitución europea lo que hay son personas, Estados y personas, y los derechos que ejercen son individuales y no derechos colectivos. Y eso es una apuesta del PPE fundamentalmente.

P. El PPE también decidió en 2002 que la Constitución se refiriera a la "integridad territorial" de los Estados. Lo planteó el PP y los alemanes lo apoyaron a cambio de incluir algún freno a la aspiración de Turquía de entrar en la UE.

R. Sin duda. Creo que los alemanes hicieron este silogismo: Constitución es igual a seguridad, seguridad es igual a mantenimiento o definición de las fronteras exteriores de la Unión; por tanto, nos importa mucho como freno para Turquía. Y entonces el PP español hizo el mismo silogismo: Constitución es igual a seguridad, seguridad es igual a mantenimiento de las fronteras interiores, y, por tanto, a evitar cualquier acto de secesión en el interior de la UE. Eso se recoge en el artículo 5.

P. ¿Cabe o no cabe el plan Ibarretxe en la Constitución europea?

R. En lo que significa de desobediencia a las normas del Estado, choca frontalmente con la Constitución. Lo dijo Rajoy en el Congreso: aquí cabe todo dentro de las reglas del juego, pero si lo que usted nos dice es "hago una propuesta y, si ustedes no la aceptan, me da igual porque voy a hacer un referéndum", ese referéndum es ilegal en España y no tendrá ningún efecto de cara a Europa, porque, para Europa, la integridad territorial del Estado la marca el Estado.

P. En el reparto de poder, todo se solucionó tras el cambio de Gobierno en España.

R. En diciembre de 2003, la cumbre europea acabó en fracaso porque las relaciones personales [de Aznar con Chirac y Schröder] estaban muy deterioradas y porque la presidencia italiana de la UE no supo cumplir su función. Creo que Aznar tenía voluntad de llegar a un acuerdo, pero nadie quería negociar al otro lado. Con lo ocurrido después, soy muy crítico con el señor Rodríguez Zapatero. Cometió un error y una deslealtad porque, al día siguiente de las elecciones, ya dijo: acepto el principio de doble mayoría. Era una ronda de mus, y no puedes enseñar las cartas en la primera mano. Además, desde entonces no hay política europea en este Gobierno, porque queda reducida a ver cómo traducimos un documento a no sé cuántas lenguas, por los acuerdos con ERC y IU.

El eurodiputado Íñigo Méndez de Vigo.
El eurodiputado Íñigo Méndez de Vigo.LUIS MAGÁN

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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