España será el mayor contribuyente de la expansión de la OTAN en Afganistán

España será el principal contribuyente de la nueva fase de expansión de la OTAN en Afganistán. "Sin España, no sería posible la extensión de la ISAF [Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad] al oeste del país", afirman fuentes aliadas. Según los planes que hoy y mañana serán debatidos en Niza (Francia) por los ministros de Defensa de la Alianza Atlántica, España se hará cargo de la base logística avanzada que se instalará en el aeropuerto de Herat y también del equipo de reconstrucción provincial (PRT) de Qala-i-Naw, unos 60 kilómetros al noreste de la anterior.

Confinada durante años en la capital afgana, Kabul, la ISAF (bajo mando de la OTAN desde 2003) ha iniciado su despliegue por todo el país. Primero fue el norte, la zona más tranquila, donde británicos y alemanes se hicieron cargo de PRT como los de Mazar-i-Sharif y Konduz. Ahora le toca el turno al oeste, limítrofe con Irán; luego serán el sur y el este, donde se atrincheran los reductos de Al Qaeda y del régimen talibán. La adquisición por la OTAN de nuevos compromisos en materia de estabilización permite a EE UU concentrarse en la lucha contra estos últimos.

La expansión de la OTAN hacia el oeste de Afganistán pasa por la asunción de los dos PRT que actualmente dirige EE UU (Herat y Farah) y por la creación de otros dos en Qala-i-Naw y Changcharan. En Herat, las tropas de EE UU compartirán la tarea con las italianas, que asumirán progresivamente el control de la misma, mientras que en Farah (la más meridional y, por tanto, la más próxima a la provincias pastunes de Helmand y Kandahar) seguirán las fuerzas estadounidenses pero encuadradas, por vez primera, en la ISAF.

España se hará cargo del PRT de Qala-i-Naw, capital de la provincia de Badghis, fronteriza con Turkmenistán y casi despoblada, mientras que Lituania se responsabilizará de Changcharan, capital de la provincia de Ghor, muy montañosa. Las condiciones climatológicas de ambas son muy duras (Changcharan está a 2.300 metros de altitud) por lo que aún no se ha decidido si los PRT tendrán carácter permanente o estacional. Estos equipos tienen carácter cívico-militar y su misión es colaborar a la reconstrucción del país, por lo que no sólo están integrados por militares sino también por expertos civiles en las áreas más diversas, de la agricultura a la administración local.

Para recoger información de primera mano recientemente viajó a la zona un equipo de reconocimiento de los ministerios de Defensa y Asuntos Exteriores y Cooperación. Las fuentes consultadas estiman que, inicialmente, la mayoría de los alrededor de 150 miembros del PRT serán militares a los que se irán sumando con posterioridad los cooperantes.

Pero además del equipo de Qala-i-Naw, España se hará cargo de la base logística avanzada que se instalará en el aeropuerto de Herat, con el objetivo de prestar apoyo a los cuatro PRT de la región. El Ministerio de Defensa sostiene que para ello no será necesario incrementar el número de efectivos, que asciende a un máximo de 540 tras la retirada del batallón que en octubre pasado contribuyó a garantizar la seguridad de las elecciones presidenciales.

Sí será necesario, sin embargo, reorganizar y trasladar el contingente. Los cuatro helicópteros de transporte Cougar y el hospital de campaña desplegados en Kabul se instalarán en Herat y es probable que también lo haga algún avión Hércules del destacamento de Manás (Kirguizistán). La nueva base logística deberá contar igualmente con un estado mayor, una unidad de transmisiones y otra de protección, además de zapadores.

La decisión definitiva se anunciará probablemente en la cumbre de Bruselas del próximo día 22, en la que el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, coincidirá por vez primera con el presidente de EE UU, George W. Bush, tras su reelección. Hoy y mañana en Niza el ministro de Defensa, José Bono, coincidirá con su homólogo estadounidense, Donald Rumsfeld. A falta de que se concrete la aportación de Italia, las fuentes consultadas sostienen que la contribución española no sólo es la más importante en efectivos sino también la que permitirá a la OTAN anunciar que puede cumplir su objetivo.

Por otra parte, ayer llegó al puerto indonesio de Lhokseumawe, con 530 militares españoles a bordo, el buque de asalto anfibio Galicia que zarpó hace 24 días de Alicante para auxiliar a las víctimas del maremoto del pasado 26 de diciembre.