Mueren 18 personas por inhalación de monóxido de carbono mientras dormían en un albergue rural

Dieciocho personas de entre 25 y 50 años murieron durante la madrugada de ayer en el albergue de la ermita de San Cristóbal, en Todolella, 100 kilómetros al norte de Castellón. El monóxido de carbono despedido por la mala combustión de un quemador de una estufa fue la causa de la muerte. Las víctimas formaban parte de un grupo de medio centenar de amigos que alquiló la casa rural para pasar la noche tras celebrar el 50º cumpleaños de uno de ellos. No todos se quedaron a dormir. El frío y la nieve habían estropeado la instalación de la calefacción central, y el grupo llevó una estufa. Sólo dos de los que pasaron la noche en el albergue, el homenajeado y su pareja, se salvaron, porque durmieron en otra habitación, donde fueron hallados inconscientes.

Los guardeses del albergue fueron quienes encontraron los cuerpos sin vida. Pasadas las 15.00, al no tener noticias de ellos y no haber devuelto las llaves, decidieron acercarse a la casa rural. Al entrar, los encontraron aparentemente dormidos, en lo que podía parecer un prolongado descanso tras una fiesta. Les llamaron y no contestaron. Así se percataron de la tragedia. Estaban todos juntos en una de las dos habitaciones más grandes del albergue, repartidos en varias literas. La estufa que calentaba la habitación tenía un quemador estropeado y la inhalación del monóxido de carbono que desprendía fue letal mientras dormían. En otra habitación había dos personas, Bartolomé Meseguer, el homenajeado, y otra persona, inconscientes. Fueron trasladados al hospital.

Bartolomé Meseguer, destrozado, declaraba en la noche de ayer ante la juez que lleva el caso. Bartolomé salvó la vida porque sus amigos le dijeron que él y su pareja durmieran en otra habitación del albergue.

El grupo había alquilado la casa rural para pasar la noche del sábado tras celebrar la fiesta. Unas 50 personas acudieron a la cita, entre ellos un grupo de músicos. Las víctimas tenían entre 25 y 50 años y procedían de distintas localidades: cuatro de Villafranca, una de Nules; una de Burriana; tres de Alquerías del Niño Perdido que formaban parte del grupo musical que actuó en la fiesta, una de Segorbe; una de Todolella residente en Vinaròs; los otros siete fallecidos eran de pueblos de los alrededores de Todolella.

El aviso al 112 se hizo a las 16.33. A partir de ese momento se movilizaron efectivos sanitarios, del Consorcio de Bomberos y de la Guardia Civil. El alcalde de Todolella, Alfredo Pedro Querol Plana, pidió a los vecinos que prestaran toda la ayuda posible. "Es una tragedia. Necesitamos mantas, que todo el mundo eche una mano, que traiga lo que tenga y lo que pueda, estamos rotos por el dolor, las familias están desoladas, no hay consuelo para ellos en este momento", explicó.

El grupo de amigos había alquilado el albergue, situado en un antiguo señorío conocido como el Poblado de Saranyana, para pasar la noche del sábado y celebrar el cumpleaños de Bartolomé Meseguer, natural de Herbés, conocido como Bartolo el picapedrero, que trabaja en el área de mantenimiento en el castillo de Morella y muy conocido en la comarca por su participación, entre otras actividades sociales, en el mercado medieval.

El sábado, el grupo fue advertido de que la calefacción central no funcionaba, tal como explicó el teniente de alcalde de Todolella, Joan Simó, porque el frío y la nieve de los días precedentes, con temperaturas bajo cero, habían estropeado la instalación. Decidieron igualmente trasladarse a la casa rural y llevar una estufa que resultó estar en mal estado.

Los familiares de las víctimas fueron recibidos en el polideportivo de Todolella por un equipo de psicólogos y sanitarios movilizado por la Generalitat valenciana. Los vecinos acudieron también a atender a los que iban conociendo la muerte de los suyos. El acceso a la casa rural permaneció cortado desde las 17.30 y sólo las autoridades pudieron entrar al albergue hasta la llegada de la comisión judicial.

A las 20.00 llegó al albergue la titular del juzgado de guardia de Vinaròs, que decretó el secreto del sumario, para proceder al levantamiento de los cadáveres. También la compañía Repsol envió al lugar a un equipo técnico para ayudar en la investigación de lo ocurrido. En la noche de ayer estaba previsto el progresivo traslado de los cadáveres al instituto anatómico forense situado en el Hospital Provincial de Castellón, donde se practicarán las autopsias.

Pasadas las 23.00 salía de Todolella el primer féretro hacia el instituto anatómico forense. Estaba previsto que en dos o tres horas llegaran todos al hospital provincial. Los familiares que durante la tarde esperaron noticias sobre los suyos en el polideportivo de Todolella fueron trasladados también a Castellón en autobuses fletados por la Generalitat valenciana. Los psicólogos trabajaron en ayudarles a hacerse a la idea para la peor de las confirmaciones y no dejaron que vieran a los fallecidos.

El acceso a la casa rural estuvo restringido a la comisión judicial, autoridades policiales y políticas. Las identificaciones estaban aún pendientes al cierre de esta edición. La juez y los forenses tenían en su mano una lista de nombres que debían hacer coincidir con los cuerpos hallados en la casa rural con la ayuda inicial de los dos supervivientes, en estado de shock.

La Generalitat valenciana decretó ayer un día de luto oficial. El Gobierno autónomo expresó su más sentido pésame a los familiares de las víctimas. La Administración valenciana habilitó un número de teléfono, el 963428025, y un equipo de psicólogos para atender a los familiares de las víctimas.

Los funerales por los fallecidos, según fuentes del Ayuntamiento de Morella y la Delegación del Gobierno, están inicialmente previstos para hoy a las 17.00 en Morella, la capital de la comarca.