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COYUNTURA AGRARIA ANDALUZA

Los ganaderos reclaman ayudas directas para hacer frente a la crisis por el mal de la 'lengua azul'

Las organizaciones agrarias creen restrictivas las normas de control y piden su flexibilización

Ginés Donaire

Los ganaderos consideran que sólo con ayudas directas extraordinarias, similares a las aprobadas por el Gobierno durante la enfermedad de las vacas locas, podrían resarcirse en parte de lo que califican como "estrangulamiento económico" del sector por la inmovilización de la cabaña ganadera a consecuencia del mal de la lengua azul. Algunas organizaciones agrarias, como COAG, no descartan movilizaciones en Andalucía, mientras que la UPA reclama "la urgente flexibilización" de las normas de control, por entender que estas medidas son "tremendamente restrictivas".

La dirección regional de COAG ha valorado los acuerdos del Comité de la Cadena Alimentaria y Bienestar de los Animales de la Unión Europea que, según la organización, permitirán la flexibilización de los movimientos pecuarios y la salida de muchos animales desde sus explotaciones de origen hacia cebaderos establecidos en otras comunidades autónomas. No obstante, Ángel Ruano, responsable de ganadería de COAG en Andalucía, considera que "por muy positivas que sean estas medidas, no tendrán validez práctica si no se aplica la normativa de manera adecuada". Por ello reclama "una perfecta coordinación entre la Consejería de Agricultura, las Delegaciones provinciales y las oficinas comarcales agrarias" para garantizar que los ganaderos puedan aprovechar las oportunidades que ofrecerá la nueva normativa.

Y es que, para la COAG, independientemente de los posibles beneficios que pudiera traer la nueva orden, "la realidad es que el sector ganadero se enfrenta a una situación totalmente insostenible que compromete seriamente la viabilidad de numerosas explotaciones familiares andaluzas". Ángel Ruano señala que las ventas de ganado en campo, cuando pueden realizarse, se hacen a bajo precio, "para beneficio de especuladores".

Como única salida para reflotar a un sector que ha entrado en crisis, COAG Andalucía exige la inmediata puesta en marcha de ayudas directas a los ganaderos afectados y no descarta movilizaciones a lo largo de toda la geografía andaluza si no recibe respuesta por parte de las Administraciones competentes.

Inmovilización

Según la estimación de las organizaciones agrarias, la enfermedad de la lengua azul ha mantenido inmovilizadas ya a 11,5 millones de cabezas de ganado ovino, 1,7 millones de cabezas de caprino y a 1,8 millones de cabezas de ganado vacuno. Sólo Andalucía cuenta con 650.000 cabezas de ganado vacuno, 3.260.000 de ganado ovino y 1.350.000 de ganado caprino.

Por su parte, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Cádiz denuncia que la inmovilización del ganado "está provocando el estrangulamiento económico de los profesionales", por lo que ha exigido al Ministerio de Agricultura y a la Junta de Andalucía "la urgente flexibilización de las normas de control, que son tremendamente restrictivas".

Tras reiterar que este mal no tiene ninguna incidencia sobre la seguridad alimentaria y, por tanto, sobre el consumidor, la UPA ha advertido de que los profesionales "encuentran enormes trabas administrativas y burocráticas para poder enviar sus animales a cebaderos, al tiempo que las cotizaciones en origen han caído en picado, lo que está provocando una situación insostenible", según Miguel Ángel Bolance. Además, la falta de pastos, motivada por la ausencia de lluvias, primero, y las heladas, después, ha complicado el panorama para los ganaderos gaditanos.

Las propuestas que la UPA plantea ante la crisis del sector son las siguientes: Por un lado, el aumento de la indemnización por la enfermedad, tanto para el sacrificio obligatorio como para los animales que padecen la enfermedad, puesto que la baremación actual es del año 2000 y es considerada insuficiente por el sector. También se exigen ayudas directas extraordinarias, como las aprobadas por Agricultura durante el episodio de vacas locas, unas ayudas que, según la UPA, deben tener en cuenta, las perdidas diarias por la inmovilización de los animales, impidiendo la comercialización de animales jóvenes con destino a matadero o centros de tipificación. También se deben tener en cuenta los gastos por los requisitos para el movimiento del ganado, la inmovilización o la desinsectación.

Respecto a la vacunación de las explotaciones situadas alrededor de los focos, la UPA sostiene que la campaña realizada por las Agrupaciones de Defensa Sanitaria (ADSG) de la comunidad no se ha desarrollado con la rapidez y el rigor necesario debido a la incertidumbre y falta de estructuras de las ADSG y la falta de previsión de la Administración competente.

El consejero de Agricultura, Isaías Pérez Saldaña, anunció a finales de la semana pasada, que el Gobierno español reclamará a Bruselas que le autorice un paquete de ayudas similar al ya logrado por el Gobierno portugués para su cabaña ganadera. Y adelantó que el Ejecutivo andaluz negocia contratar 1,5 millones más de vacunas para extender su aplicación a la cabaña caprina y al vacuno.

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