Facilidades de recolocación
El outplacement o recolocación es un proceso destinado a facilitar la reincorporación al mercado laboral de personas que, en una situación de cambio, se ven obligadas a buscar una nueva actividad profesional. Un servicio de outplacement pone a disposición de estos candidatos todas las herramientas necesarias para que puedan volver a encontrar, en el menor tiempo posible, un puesto de trabajo que se adapte a sus conocimientos y capacidades profesionales, pero también a sus inquietudes e intereses personales.
¿Cuáles son estas herramientas, cómo se desarrollan y qué es lo que aportan? Un proceso de recolocación transciende ampliamente el manido y superficial recurso de "cómo redactar un currículo y preparar una entrevista de trabajo" y se sustenta sobre un concepto mucho más profundo: el análisis y la revisión de las competencias y capacidades de cada persona. Para ello, un servicio de outplacement debe basarse en el acompañamiento personalizado de un coach o consultor personal que ayude al candidato a hacer un balance de su carrera y, sobre todo, a planificar y acometer un nuevo proyecto profesional a la medida de sus posibilidades y de sus necesidades.
El proceso de recolocación, independientemente de la categoría profesional a la que se pertenezca y de si es un proceso individual o de grupo, es básicamente el mismo y se articula en torno a cinco etapas clave: balance de la trayectoria profesional, construcción de un nuevo proyecto, formación en técnicas de búsqueda de empleo, plan de acción y, finalmente, integración en el nuevo puesto de trabajo.
El punto de partida de todo programa de outplacement es la realización de un análisis profesional que vaya mucho más allá de desgranar la experiencia acumulada y las responsabilidades asumidas en trabajos anteriores. Con ayuda de un coach, los candidatos van analizando sus competencias y capacidades, identificando también sus carencias y sus intereses para la nueva etapa que van a emprender. A partir de ahí, comienzan a elaborar un proyecto profesional que puede dirigirse tanto a la búsqueda de un nuevo empleo en empresas del mismo sector del que proceden, como a la búsqueda de actividades en ámbitos diferentes, sin olvidar la opción del autoempleo. Una vez concretado el proyecto profesional y definidos sus objetivos, el candidato se traslada al campo eminentemente práctico: identifica las empresas a las que se va a dirigir, establece contactos y elabora una estrategia de comunicación propia, comenzando el "asalto al mercado laboral". También en esta etapa cuenta con el asesoramiento de un consultor especializado y con el soporte humano y material de una firma de outplacement que le facilitará medios, documentación, información actualizada sobre empresas y mercados, etcétera.
Generalmente, las empresas que contratan este tipo de servicios son aquellas que se encuentran inmersas en una situación de cambio que implica una reestructuración de su plantilla y quieren garantizar la recolocación de aquellos profesionales de los que tienen que prescindir. En algunos países como Francia, la ley obliga a aquellas compañías que reestructuran su plantilla y siguen obteniendo beneficios a contratar servicios de outplacement para sus empleados y, en España, es una práctica cada vez más habitual entre las compañías que se preocupan realmente de su capital humano y que han implantado una adecuada gestión de las personas. La práctica del outplacement aumenta a medida que se extiende una cultura empresarial comprometida y socialmente responsable que entiende, además, que este tipo de medidas mejora el clima interno y la imagen exterior de la empresa.
En cuanto al porcentaje de efectividad de estos procesos, prácticamente el ciento por ciento de los casos se resuelve. El tiempo medio de recolocación es de cuatro meses para perfiles técnicos, mandos intermedios y dirección funcional, incrementándose para perfiles de altos directivos.
Juan Luis Goujon es consejero delegado de MOA BPI Group.
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