El PSOE descarta compartir con el PP un frente común contra los nacionalistas
Zapatero aboga por una reforma del Estatuto que concite el mayor consenso
Las claves de este proyecto las ha desgranado Zapatero en dos discursos, el del 16 de enero en el Kursaal de San Sebastián, y el del 1 de febrero en el Congreso de los Diputados, en el debate sobre el plan Ibarretxe. En el de la Cámara baja abogó por un proyecto para Euskadi en el que "vivir juntos y decidir juntos". Y en el de San Sebastián apostó por un plan que represente "la posición definitiva de Euskadi en el Estado y esté construido entre todos".
Zapatero ha adelantado su proyecto antes de la campaña electoral vasca e incluso antes de la convocatoria del 17-A porque cree que trasciende a las elecciones y porque cree también que se dan las condiciones para ello. Detrás de él, están múltiples conversaciones que ha mantenido con diferentes personalidades de Euskadi y, por supuesto, sus largas entrevistas con el lehendakari Ibarretxe y el presidente del PP, Mariano Rajoy, en La Moncloa, a mediados de enero. Zapatero contará con ambos para cualquier paso de trascendencia que se vaya a dar en Euskadi.
Zapatero parte de un escenario político muy distinto al de hace cuatro años cuando Juan José Ibarretxe encabezó el bloque nacionalista frente a Jaime Mayor que, al mando del PP vasco, lideró el bloque constitucionalista, con el apoyo de Nicolás Redondo Terreros, entonces secretario general del PSE-EE. A esa política de bloques contribuyó el impacto del acuerdo del PNV con Batasuna de 1998, el de Lizarra, respaldado, a su vez, por ETA, que protagonizó una campaña criminal de liquidación física de los no nacionalistas.
Errores constitucionalistas
El nuevo escenario está propiciado por la experiencia del fracaso del constitucionalismo frente a Ibarretxe en las elecciones vascas de mayo 2001 y también por la debilidad de ETA. "Aunque Ibarretxe estaba contaminado por el pacto de Lizarra, que contaba con el respaldo de ETA, ganó las elecciones por los errores de los constitucionalistas", señala el ex vicelehendakari socialista, Ramón Jáuregui.
Jáuregui destaca cómo "el bloque constitucionalista, con un apoyo exterior mediático exagerado, y con un líder como Mayor, recién cesado, hizo una campaña muy agresiva" y cómo "no se molestó en reivindicar el autogobierno con un proyecto vasquista, con lo que cedió al nacionalismo el monopolio de la defensa del autogobierno". "Todo ello contribuyó a facilitar el victimismo en Ibarretxe que, al final de su campaña, hizo una promesa, luego incumplida, que terminó por darle la victoria: que no pactaría con Batasuna", señala Jáuregui.
De esa experiencia negativa han aprendido el Gobierno de Zapatero y el Partido Socialista de Euskadi. Su secretario general, Patxi López, ha roto la política de bloques en Euskadi, y el Gobierno socialista ha evitado la confrontación con el de Ibarretxe, que caracterizó la etapa de José María Aznar. A su vez, el PSE ha elaborado un proyecto alternativo de reforma del Estatuto frente al plan rupturista de Ibarretxe. Y el Gobierno de Zapatero se ha comprometido a respaldar un proyecto de reforma compartido del Estatuto vasco, con nacionalistas y no nacionalistas.
El logro de este proyecto requiere, además de la voluntad expresada del Gobierno central, que el PSE se sitúe en el centro de la escena política vasca, tras el 17-A, un objetivo que los socialistas vascos creen probable. Las encuestas le dan un alza espectacular -de los 13 escaños actuales a más de 20- que le permitirá, según vaticina el PSE, tener capacidad de maniobra frente al PNV-EA que, aunque resulte victorioso, está aislado y no tiene otra opción de alianza que la del líder de EB-IU, Javier Madrazo.
Patxi López cree que el tiempo juega a favor del PSE y en contra de Ibarretxe. "Las cosas han cambiado en cuatro años. Hay un hartazgo en Euskadi de un Gobierno que no ha gobernado y ha hecho del plan Ibarretxe el centro de su actividad. Si hace cuatro años había mucha gente en Euskadi que temía la actitud del frente del no del constitucionalismo, ahora esa misma gente está preocupada por la intransigencia de Ibarretxe", dice López.
Hay varias muestras de ello, resalta el PSE. La superación, por vez primera, en la opinión vasca del discurso de un presidente del Gobierno sobre el del lehendakari, según el Instituto Opina tras el debate del martes en el Congreso. "Zapatero está extraordinariamente valorado en Euskadi y lo vamos a aprovechar", dice López. También está el compromiso activo a favor del PSE y en contra del PNV de dos relevantes ex dirigentes nacionalistas, como Emilio Guevara y Joseba Arregui.
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