Sindicatos y patronal acuerdan acelerar la negociación colectiva

Los sindicatos UGT y CC OO y la patronal CEOE han ajustado sus agendas de las próximas semanas para que el acuerdo de negociación colectiva se logre este mes. Los líderes de las tres organizaciones, que hoy se reúnen con el presidente del Gobierno, acordaron ayer acelerar el proceso. El Banco de España avivó la polémica del salario mínimo al destacar que su revalorización automática lastra la economía y el empleo.

El presidente de la patronal, José María Cuevas, y los secretarios generales de los sindicatos UGT, Cándido Méndez, y CC OO, José María Fidalgo, se han propuesto liquidar este mes el debate de negociación colectiva, paralizado desde finales del año pasado. Los tres negociadores pondrán en marcha "un intenso calendario de reuniones de trabajo" en las próximas semanas, según el comunicado difundido al final del encuentro, que se prolongó poco más de una hora.

Fuentes de la negociación aseguran que esa intensidad se traducirá en una media de dos o tres reuniones semanales, que arrancan esta misma semana. El encuentro de ayer transcurrió con buena disposición de las partes a acercar posiciones, si bien no hubo debate de contenido.

Pero la agenda del diálogo social no se limita a la negociación colectiva. Méndez, Fidalgo y Cuevas se entrevistan hoy a las seis con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Las partes confían en que este encuentro sirva para "impulsar el proceso de diálogo social" abierto el pasado 8 de julio en La Moncloa. Por la mañana, Zapatero se reunirá con las organizaciones de autónomos.

Empresarios y sindicatos podrán trasladar al presidente su malestar por lo ocurrido con el salario mínimo. El Banco de España avivó ayer la polémica, al señalar en su último informe riesgos potenciales para la economía y el empleo. Una revalorización automática de esa renta, según el texto, "podría generar una espiral de demandas salariales más elevadas entre aquellos trabajadores con sueldos por encima de esta referencia", con "posibles expulsiones del mercado de trabajo" entre los colectivos con menor productividad.

Esa práctica impondría "una restricción adicional a la flexibilidad de la economía" y "enviaría una señal contraria a la necesidad de incrementar la flexibilidad" de la negociación salarial. Los sindicatos creen "inoportunas, extemporáneas y poco afortunadas" esas palabras.