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Renfe prohíbe fumar desde hoy en todos los trenes con un recorrido inferior a 5 horas

La medida afecta al 98% de los trayectos que realiza la compañía ferroviaria

Los trenes de cercanías, AVE y la mayoría de las grandes líneas de Renfe serán a partir de hoy espacios sin humo. La decisión de la compañía, que fue anunciada por la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, en octubre afecta al 98% de los recorridos. En los de más de cinco horas sólo se podrá fumar en vagones aislados, pero no en pasillos, plataformas o en la cafetería como ahora. Con la medida, Renfe se une a Iberia y otras compañías aéreas y se adelanta a las restricciones que entrarán en vigor a partir del año que viene, según el anteproyecto del Gobierno.

Ayer fue el último día que se pudo fumar en las cafeterías, plataformas y los vagones de la mayoría de los trenes de Renfe. A partir de hoy sólo los convoyes que efectúen viajes de más de cinco horas tendrán vagones en los que se podrá encender un cigarrillo. Estos compartimentos estarán en cabecera o al final del tren para mantenerlos aislados y que no sean un lugar de paso para los no fumadores.

La decisión de la compañía es un "adelanto" sobre las medidas anunciadas por el Gobierno, de prohibir fumar en todos los lugares de trabajo y transportes cerrados con la excepción de los bares y restaurantes de menos de cien metros cuadrados -donde el propietario podrá decidir si está permitido o no el consumo de tabaco- o las zonas aisladas en los locales de ocio de mayor tamaño.

La prohibición incluye también al personal de la compañía. Para ellos Renfe ha organizado cursillos sobre cómo manejar la ansiedad y cómo enfrentarse a situaciones debidas a la adicción.

El anuncio de Renfe es el último paso hasta la fecha de la campaña contra el tabaco del Gobierno. Aunque el plan del Ministerio de Sanidad todavía no está aprobado, el departamento que dirige Elena Salgado prevé que el año que viene prácticamente sólo se pueda fumar por la calle y los domicilios.

Precisamente el pasado 11 de enero el Gobierno español ratificó la Iniciativa para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este convenio internacional ya ha sido firmado por 168 países y ratificado por 54, entre ellos todos los grandes de la Unión Europea, Canadá y Japón (Estados Unidos no lo ha confirmado todavía). El acuerdo entrará en vigor el 27 de febrero.

Como señaló la ministra Salgado cuando presentó el proyecto español contra el tabaco, ambas iniciativas, la de la OMS y la del Gobierno, van en la misma línea y, de hecho, la española es una trasposición de la mundial. En ella se pone especial cuidado en evitar o retrasar que los jóvenes empiecen a fumar. Para ello está previsto todo un sistema de sanciones que multan desde la venta a menores hasta la comercialización de pitillos fuera de los paquetes. Con estas decisiones se pretende dificultar el inicio del consumo.

Prohibir la publicidad

Otra de las medidas en las que coinciden ambos proyectos es en limitar la publicidad de los productos del tabaco, incluida la prohibición de incluir anuncios en prensa, radio y televisión y otras formas indirectas, como el patrocinio de actividades deportivas o de ocio, sobre todo las destinadas a un público joven.

Sanidad también ha suspendido la apertura de los 250 nuevos estancos previstos para este año y prevé el cierre de los 300 que operan en centros públicos.

El objetivo del Convenio internacional es favorecer la cooperación de los países para que la lucha contra el tabaco sea más efectiva. Según la OMS en el mundo viven actualmente 1.300 millones de fumadores, de los que casi cinco millones mueren cada año por culpa de la adicción. "Cuando se consume tal y como indican los fabricantes, el tabaco mata a la mitad de los fumadores", señala la OMS.

Sin embargo, la sintonía entre Sanidad y la OMS no es total. Según recoge la Organización, la medida más eficaz para recortar el consumo es subir el precio, una medida que el Gobierno no ha planteado todavía por temor a su efecto sobre la inflación. De acuerdo con el Banco Mundial, cada 10% que se sube el precio de las albores de tabaco (una medida en la mano de los gobiernos que fijan la fiscalidad) la proporción de fumadores baja un 4%.

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