El PP aprueba en solitario el presupuesto de Granada

El grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Granada aprobó ayer sólo con sus votos los presupuestos para el año 2005, valorados en 216,3 millones de euros, un 0,71% más que en 2003. Los concejales del PSOE e Izquierda Unida presentaron sendas enmiendas a la totalidad (ambas rechazadas) por considerar que varios de los gastos más importantes programados para este año no se podrán realizar y por la subida de impuestos que comportan. Ambos grupos tildaron las cuentas de "insolidarias".

El PSOE justificó su oposición a los presupuestos municipales con el argumento de que contemplan ingresos que el Ayuntamiento no podrá recaudar. El equipo de Gobierno del PP incluyó en ese capítulo trasferencias de otras administraciones -como las del Estado pendientes por la supresión del IAE o las previstas de Fomento y la Junta para la construcción del Centro de Transporte de Mercancías o los túneles de Villarejo y Méndez Núñez- para las que todavía no hay un compromiso firme. Los ingresos perdidos por el IAE se recuperarán este año mediante una subida del IBI y de la tasa de basuras, que suben el 30% y el 10%, respectivamente.

IU criticó el excesivo apoyo de los ingresos municipales en la venta de patrimonio municipal de suelo, un concepto que pasa de los 12 millones de euros de 2004 a los 26 de este año. "El ejercicio pasado sólo se recaudaron seis millones, la mitad de lo presupuestado", aseguró ayer su portavoz, Lola Ruiz. En el capítulo de los gastos, la coalición no entiende la inclusión de obras faraónicas como la remodelación de la Gran Vía y del Paseo del Salón debido a la falta de fondos de las arcas municipales.

El portavoz del PP, Luis Gerardo García-Royo, replicó a la oposición "que la venta de patrimonio municipal es un recurso muy utilizado por todas las administraciones públicas para financiar la construcción de nuevo patrimonio". Los dos concejales de IU abandonaron sus asientos y se sentaron entre el público durante su turno de palabra en protesta por la ausencia del alcalde y siete de sus concejales, que no se quedaron a escuchar su discurso. García-Royo los calificó por ello de "herribatasuneros".