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Un libro recorre la historia de la sede del Museo Picasso de Málaga

La obra describe la restauración del Palacio de Buenavista

Un libro recorre la historia de la sede del Museo Picasso de Málaga. El libro Arquitectura del Museo Picasso Málaga. Desde el siglo VI antes de Cristo hasta el siglo XXI recoge el proceso arquitectónico de restauración del Palacio de Buenavista para ser convertido en sede de la pinacoteca y de construcción de nuevos edificios en el barrio de la judería malagueña.

Editado por el Museo Picasso y patrocinado por Ferrovial, la constructora que ejecutó las obras, el libro, que fue presentado ayer en Madrid con la presencia de la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, efectúa un viaje en el tiempo que arranca en el siglo VI antes de Cristo. En esa época están datados los lienzos de la muralla fenicia de la ciudad hallados en el subsuelo del Palacio de Buenavista durante las obras de restauración, que fueron integrados para que pudieran ser visitados por quienes acuden a contemplar las obras de Picasso.

Como señala el arqueólogo Manuel Corrales en el libro, en la visita es posible "pisar aquellos suelos rojizos por los que transitaron nuestros antepasados, en los que se han evidenciado restos de actividades metalúrgicas que retrotraen estos espacios al siglo VII antes de Cristo, punto más antiguo conocido de la ciudad".

El recorrido prosigue por la construcción del propio Palacio de Buenavista, erigido por Diego de Cazalla -uno de los nobles que supuestamente participaron en la reconquista de la ciudad en 1487- sobre uno anterior del que se conservan algunos restos, como la denominada torre morisca.

El inmueble tuvo a lo largo de su historia muy diversos usos, como casa de vecinos, centro de enseñanza, fábrica de muebles, taller de carpintería o centro hospitalario dependiente de la Cruz Roja desde 1938.

Un año después, en 1939, fue declarado Monumento Nacional, y en 1946 la duquesa Isabel de Guillimas lo cedió al Estado en 1946 en régimen de arrendamiento para instalar el Museo de Bellas Artes, que se inauguró en 1961 y permaneció en el edificio hasta 1997.

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La actuación para convertirlo en Museo Picasso consistió en la restauración de su estructura horizontal, dañada por el tiempo; la consolidación y nuevo montaje del torreón mudéjar, la construcción de un nuevo edificio en la zona oriental del palacio, y la remodelación de otros, conservando las fachadas principales alrededor del Postigo de San Agustín.

Los arquitectos Isabel Cámara y Rafael Martín Delgado destacan en el libro las dificultades para cumplir las exigencias museísticas actuales, puesto que, "además del área propiamente de exposición, se requiere una gran cantidad de espacio para las instalaciones técnicas que hagan posible el cumplimiento de las condiciones ambientales requeridas por los conservadores".

"Razones políticas"

Por su parte, la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, recordó en la presentación de la obra que Picasso definió el Palacio de Buenavista como "un edificio típicamente andaluz" y en los años cincuenta se planteó la posibilidad de exponer sus obras en su ciudad natal, "pero no pudo por razones políticas".

La consejera de Cultura, Rosa Torres, apuntó que para el museo se debía "buscar un lugar a la altura de las circunstancias" y que se acometió una "obra singular no exenta de dificultades" y bajo el "concepto de museo-barrio", que supuso un "reto de enorme magnitud".

Por último, el director general de Ferrovial, Pedro Buenaventura, subrayó que el libro "debía estar a la altura del Museo Picasso de Málaga", y el resultado es un "fiel reflejo de las obras de restauración del palacio y de su entorno".

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