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Álvarez Gil narra el fin del sueño de unos exiliados cubanos en una novela

El escritor sitúa en Suecia el escenario de 'Delirio nórdico'

La crisis de los balseros llevó a miles de cubanos a pedir asilo político en Suecia. Esperaban encontrar una tierra de promisión en el país escandinavo. Sin embargo, muchos de ellos sufrieron la incomprensión y el rechazo de gran parte de una sociedad que les resultaba extraña. El escritor cubano Antonio Álvarez Gil describe esta situación en su novela Delirio nórdico, que ha publicado la editorial sevillana Algaida.

Delirio nórdico fue la ganadora ex aequo del LI Premio de Novela Ateneo-Ciudad de Valladolid. La obra presentada ayer narra la historia de unas personas que abandonaron la isla caribeña con el sueño de mejorar su vida en unas tierras idealizadas. El choque con la realidad fue abrupto. A pesar de los pesares, un escritor disidente consigue encontrar el amor de una médica sueca de origen árabe.

Álvarez Gil, que nació en 1947, reside en Estocolmo desde 1994. En su novela abundan los elementos autobiográficos. "Lo que sucede es que no diría que es una novela autobiográfica porque mis vivencias personales no son las vivencias personales de los héroes de la novela. El héroe central no corrió la misma suerte que corrí yo. Mi vida no pasó por los derroteros por los que pasó la del héroe. Los hechos históricos que salen en la novela sí que fueron vividos por mí. Estuve en el campamento y tuve una entrevista de asilo, tal como sale en la novela", señala el autor cubano. "Los héroes de la novela son ficticios, pero muchas personas van a reconocer pedacitos de ellas en la novela", comenta Álvarez Gil, que quedó finalista del Premio Casa de las Américas en 1993 con Las largas horas de la noche.

"Tras el derrumbe del campo socialista hubo un empobrecimiento muy brusco de las condiciones de vida del pueblo cubano, debido al fin de los subsidios. En la primera mitad de 1994, mucha gente empezó a irse de Cuba. Yo me fui en mayo de 1994", recuerda el escritor, que eleva a más de 2.000 los cubanos que llegaron a Suecia. "Los suecos no estaban preparados para que llegara un flujo tan grande de cubanos. El país se asustó al ver esa llegada de cubanos. Incluso oí a latinoamericanos que vivían en Suecia decir que no iban a permitir que se formase otro Miami", relata. "Unos 500 cubanos siguen viviendo hoy en Suecia; unas decenas fueron atrapados por la policía sueca y devueltos a Cuba; y el resto están en Miami, Panamá, España...", evoca el escritor.

Álvarez Gil está de acuerdo con la filosofía vital de Nurit, la médica sueca que protagoniza la novela: "No soy de izquierdas ni derechas, ni tampoco del centro. Soy de mi cabeza, de mi corazón, y estoy en cada momento con lo que me parece que es lo justo".

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