Cinco fotógrafos españoles cuestionan en Vitoria la veracidad de las imágenes
Montehermoso presenta la muestra 'La subversión de la realidad'
Vari Caramés, Isabel Flores, Martí Llorens, Ángel Marcos y Aitor Ortiz son cinco fotógrafos que ponen en tela de juicio la clásica consideración documental de la fotografía. Eso sí, cada uno desde su visión del medio, el entorno, la memoria y la sociedad en que viven. Así se puede comprobar en la exposición La subversión de la realidad que desde ayer y hasta el 13 de marzo se puede visitar en el Centro Cultural Montehermoso de Vitoria.
La vinculación entre verdad y fotografía no se ha puesto en tela de juicio hasta tiempos recientes, cuando se descubrieron las primeras falsificaciones históricas. Hasta bien entrado el siglo XX, la fotografía era el medio ideal para recoger con veracidad los acontecimientos. De hecho, como recordó ayer el comisario de la exposición, Alejandro Castellote, "los dibujantes que iban en las expediciones que descubrían nuevos mundos se convirtieron en los primeros fotógrafos, ya que las instantáneas tenían mucha mayor credibilidad que las ilustraciones". Sin embargo, en esta muestra ninguna de las imágenes se corresponde con la realidad, y cada participante lo expresa a su modo.
No hay un itinerario definido para recorrer esta colectiva, ya que la sala cuenta con tres entradas que permiten visitas aleatorias. Sin embargo, sí se pueden establecer algunas coordenadas que permiten un paseo organizado. Por ejemplo, Vari Caramés apuesta por un mundo fronterizo entre la realidad y el sueño, una suerte de alucinación por la que imágenes cotidianas de un día en la playa adquieren una significación misteriosa.
Ángel Marcos también emplea el color y sus fotos tienen apariencia de realistas, pero en verdad son escenografías alteradas de escenas cotidianas, como esa cola ante una ventanilla en una sala adornada por un cartel de un encapuchado.
Martí Llorens realiza un trabajo minucioso de recuperación de la memoria de los milicianos libertarios de la Guerra Civil. El fotógrafo no engaña, y advierte desde el principio de que es un montaje, realizado durante el rodaje de Libertarias en Barcelona. Así y todo, cuesta creer que no sean originales, dada la verosimilitud de las fotos (pequeñas, tonos sepias, con dobleces, marco blanco, alguna esquina rota) y las referencias documentales (escritas a mano con grafía de los 30 y a máquina con letra de Underwood).
Isabel Flores también trabaja en la recreación de una posible historia, presentando un cuaderno de campo de un científico del siglo XVIII, Arthur Pierre Ledru, que parte en busca de unas islas ignotas. El documento muestra unas imágenes realizadas en lo que se afirma que es una vieja técnica que, por cierto, nunca existió.
Aitor Ortiz, el representante vasco en esta muestra, apuesta igualmente por el blanco y negro, pero su fotografía es muy distinta. A partir de un cuidado encuadre, reinventa paisajes urbanos en imágenes de gran formato para crear arquitecturas asfixiantes, inhumanas: escaleras interminables, mares de bloques de hormigón, sótanos habitados por decenas de columnas,...
La muestra, producida por el Ministerio de Cultura, ha recorrido desde 2001 Estados Unidos, México, China y distintas ciudades españolas. Ésta es la primera vez que se puede contemplar en Euskadi.
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