Los nuevos taxistas deberán hablar inglés y conocer las rutas turísticas
El examen se hará en aulas informatizadas
Los taxistas de Madrid son la tarjeta de visita de la ciudad, según el director general de Movilidad del Ayuntamiento, Javier Conde. Por eso, el Consistorio quiere adaptar el servicio que prestan para que permitan ofrecer una imagen mejor de la capital.
La única manera de hacerlo es modificando su perfil profesional y la cualificación que se exige a cada conductor de taxi a la hora de concederle el permiso para trabajar. Por eso, el área de Movilidad ha consensuado con las organizaciones mayoritarias que representan al sector -la Federación del Taxi y la Asociación Gremial de Autotaxi- adaptar a esas nuevas exigencias las pruebas para obtener el permiso.
Las dos grandes novedades son que el conductor deberá tener "conocimientos más allá de los básicos sobre aspectos culturales y artísticos de las rutas y los lugares de interés de la ciudad", según explicó Conde, y, sobre todo, nociones básicas de inglés, una de las mayores carencias del sector, según las encuestas que realizó el Área de Economía sobre las deficiencias de la ciudad.
"Eso implica saludar, conocer los números y el cambio y, en general, tener una mínima conversación sobre el trayecto que se realiza en ese idioma", precisó el director general sobre la prueba.El Ayuntamiento emite dos tipos de permisos relacionados con el taxi, un servicio por el que pasan cada día 600.000 viajeros. Uno es la licencia, el derecho que concede al vehículo para circular como taxi. En la actualidad hay 15.600, según el área de Movilidad. Pero además concede permisos para conducir ese vehículo, lo que permite que, aparte del dueño de la licencia, haya otros conductores que trabajen repartiéndose los horarios, pues el taxi sólo tiene la obligación de parar su actividad un día a la semana. En Madrid hay 20.000 conductores en activo con este permiso. Además, hay otros 95.000 que lo tienen, pero no ejercen (porque están jubilados, o porque trabajan en otra actividad).
El plan para modificar las pruebas se refiere a este último permiso, pues los exámenes, según reconoce el área de Movilidad y también la Federación del Taxi, han quedado obsoletos. Este periódico intentó ayer recabar la opinión de la Asociación Gremial del Autotaxi de Madrid, pero no pudo contactar con sus dirigentes.
"Hasta ahora las pruebas dejaban mucho que desear", afirmó Julio Sanz, presidente de la Federación. "No hay una preparación muy exhaustiva, pues mucha gente se saca la cartilla [como denominan los taxistas al permiso] como una alternativa, por si sale otra cosa. Nosotros pretendemos que el taxista tenga una vocación y una documentación que acredite que está cualificado para ejercer como tal. Queremos dignificar la profesión".
Como ejemplo explicó que en la prueba actual sobre itinerarios en la ciudad está permitido usar un callejero, y las preguntas contienen más o menos los mismos trayectos, aunque se van alternando. Por eso, un taxista puede obtener la cartilla sin conocer exhaustivamente el callejero de la ciudad. Las nuevas pruebas obligarán a demostrar al conductor que sabe elegir la ruta adecuada (que no siempre es la más corta, sino que en Madrid es fundamental saber cuál es la vía menos atascada) y conocer los centros públicos de interés (administraciones, centros sanitarios, culturales, deportivos, comerciales y de ocio).
Ahora no sólo se van a actualizar las pruebas, sino que dejan de hacerse en la sede de la calle de Vallehermoso, con lápiz y papel, y se van a realizar en el nuevo edificio de Movilidad en la calle de Julián Camarillo, donde las aulas están informatizadas y hay pantallas táctiles para realizar los exámenes. Cada semana se presentan entre 50 y 60 personas, según explicó el director general de Movilidad, Javier Conde.
Aunque el pleno del Ayuntamiento ya aprobó en diciembre la implantación del nuevo examen, no está fijada la fecha de inicio, que depende del fin de las obras de instalación de Movilidad en la nueva sede. Julio Sanz aseguró que el compromiso de Movilidad, que está encuadrada dentro de la Concejalía de Seguridad y Servicios a la Comunidad, que dirige Pedro Calvo Poch, era hacerlo en los primeros meses del año.
Contabilidad y 'marketing'
Las nuevas pruebas también incorporan la obligación de tener conocimientos básicos de contabilidad, de marketing y relaciones personales. Esto último implica preparar al conductor en su labor de cara al público, donde el buen trato sea el objetivo prioritario.
"Nosotros impartimos clases de formación, que duran aproximadamente un mes", explicó Sanz. "Nuestra intención es tener personal cualificado para las nuevas materias y, sobre todo, que haya academias o módulos que puedan certificar la capacitación, por ejemplo, de inglés".
Muchas de las materias que ahora se integran en las pruebas, ya las impartían en los cursos que ofrecía la Federación del taxi a los nuevos conductores. Por ejemplo, la contabilidad, pues los taxistas son habitualmente pequeños empresarios o autónomos, obligados a declarar el impuesto sobre el valor añadido (IVA), el de actividad económica (IAE) o a emitir facturas.
"Esto no debe asustar a los futuros taxistas, sobre todo porque los jóvenes ya vienen con una formación mínima", aseguró Sanz, quien añadió que por fin el Ayuntamiento ha hecho caso a la insistencia de la Federación en que las pruebas para los taxistas estaban obsoletas. "Hasta el año pasado, el recibo que debían rellenar quienes hacían las pruebas seguía estando en pesetas. Y a nosotros nos indignaba la dejadez del Ayuntamiento", agregó.
Este cambio de pruebas, según Conde, obedece a toda una estrategia de modernizar el sector del taxi. "En el aspecto tecnológico, en cuanto a tarifas y, en general, de mejorar el servicio", agregó. Pero precisó que el cambio no va a hacerse de manera radical, sino paulatinamente. "Instauraremos primero un nivel básico, que se va a ir incrementando con el tiempo", afirmó.
La implantación de las nuevas pruebas, aseguró ayer el área de Movilidad, es un paso adelante en el desarrollo del Libro Blanco del taxi, un trabajo que encargó el Ayuntamiento en 1996 -cuando era alcalde José María Álvarez del Manzano- a una consultora privada para analizar la situación del sector y proponer medidas dirigidas a todos los implicados en su desarrollo.
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