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Aulas

Una alumna sorda denuncia a la Universidad de Almería por negarle prácticas en Enfermería

El rector sostiene que no hay medios técnicos y que necesitan ayuda de otras instituciones

María del Mar Granados, una alumna de la Escuela de Enfermería en la Universidad de Almería (UAL), interpondrá hoy un recurso contencioso-administrativo contra la institución por desestimar su petición de adaptación de dos asignaturas (Enfermería Materno-Infantil y Enfermería Médico-Quirúrgica) para la sordera del 44% que padece en los dos oídos.

El rector de la Universidad, Alfredo Martínez Almécija, justificó ayer que las prácticas no hayan sido adaptadas porque no hay mecanismos técnicos para ello y recordó que las prácticas están "conveniadas" con los hospitales y que necesitan ayuda de otras administraciones. "Desde la UAL no podemos adaptar un quirófano en tiempo y forma, con la rapidez que se requiere para este caso", explicó. "Comparto que la familia esté defraudada con la situación pero la UAL seguirá trabajando en el asunto", remachó.

La resolución del vicerrector de Estudiantes manifiesta la incapacidad de la UAL para que María del Mar Granados pueda superar dos asignaturas que le permitan culminar sus estudios en Enfermería, iniciados en 1999 y que debía haber terminado en 2003. El padre de la alumna, José María Granados, explica que un mes después de que su hija fuese admitida en la Universidad se dirigió por escrito al vicerrector para pedir que se paliara la carencia: "La Universidad no contesta a nada en los primeros años. No queda constancia escrita hasta el año 2002 a pesar de haber estado informada desde el primer momento".

A partir de esa fecha, la vida académica de esta alumna se complica con una serie de episodios y anécdotas que evidencian la falta de preparación de la institución académica para adaptar las materias. Un ejemplo: el 26 de julio de 2002 apareció publicada en un tablón de anuncios una lista de alumnos que debían recuperar las prácticas en septiembre. En la casilla de María del Mar Granados sólo se leía "pendiente".

El padre asegura que ya en 2001 algunos profesores le comunicaron a la estudiante, de forma verbal, que debía abandonar la carrera "por ser sorda". Dos profesoras de la asignatura de Materno-Infantil se lo dijeron al padre de forma directa. La directora de la Escuela le aseguró que la "única solución" para que la estudiante culminara sus estudios es que volviese a oír.

Vibrador portátil

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En su lucha por conseguir la adaptación curricular a sus necesidades educativas especiales María del Mar y su familia localizaron en la Universidad de Alicante a un alumno sordo profundo que, además de terminar Enfermería, hizo Fisioterapia. La familia llevó a este alumno hasta Almería, pero la reunión con los responsables de la Escuela fue infructuosa. Llegados a este punto la propia Universidad pidió un informe de dos profesionales independiente, el catedrático de Electrónica de la Universidad de Málaga, Alfonso Gago, y la catedrática de Lenguaje de Signos de la Universidad de Barcelona, María Pilar Fernández, que sostienen que algunas actitudes del profesorado indican "un desconocimiento de la sordera y de las posibilidades actuales de las nuevas tecnologías en el ámbito de la vía auditiva".

Ambos profesionales recomiendan un vibrador portátil que conecte con el avisador de cada planta hospitalaria donde la estudiante realizará sus prácticas y un ordenador dotado de reconocedor de voz para el quirófano para solucionar las necesidades de la alumna.

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