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LOS INCIDENTES DE LA MANIFESTACIÓN DE LA AVT

El Gobierno convoca a las víctimas para impedir su ''manipulación partidista"

Luis R. Aizpeolea

El Gobierno anunció ayer que el Alto Comisionado para la Atención a las Víctimas, que preside Gregorio Peces-Barba, convocará hoy mismo a las distintas asociaciones de víctimas del terrorismo para "atajar los evidentes intentos de manipulación con fines partidistas de orientación extremista". Los altercados registrados en la manifestación celebrada el sábado en Madrid, que reunió a unas 35.000 personas convocadas por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), han encendido las luces de alarma.

El Gobierno considera grave las "muestras de intolerancia extremista" que exhibió una parte de los manifestantes y considera que tanto la actitud de estos "grupos exaltados" como la de quienes desde días antes venían instigando estos incidentes persigue "objetivos políticos extremistas".

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Los grupos a que alude el Gobierno agredieron al ministro de Defensa, José Bono, y extendieron sus insultos al titular de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, que representaba al Ejecutivo en la manifestación, y al presidente José Luis Rodríguez Zapatero y el Alto Comisionado para la Atención a las Víctimas, Gregorio Peces-Barba, ambos ausentes. También gritaron contra Pilar Manjón, portavoz de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo. Posteriormente, trasladaron su protesta ante la sede de la cadena SER. El Gobierno ha ordenado a Interior que investigue estos hechos.

El comunicado emitido desde La Moncloa añade que el Ejecutivo socialista viene realizando "esfuerzos constantes" para impedir la excarcelación prematura de etarras", problema, recuerda, que no se resolvió en las legislaturas anteriores, y subraya el apoyo que el Ejecutivo de Zapatero viene dando "a todas las víctimas del terrorismo". De ahí concluye que los exaltados del sábado sienten "absoluta indiferencia por el dolor de las víctimas" y sólo persiguen "objetivos políticos extremistas". Peces-Barba contactará hoy con las asociaciones para atajar esos "evidentes intentos de manipulación con fines partidistas".

En la misma línea, el portavoz socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, lamentó que haya habido "interpretaciones partidariamente tergiversadas" de las recientes declaraciones de Zapatero sobre la política antiterrorista, en una clara alusión a dirigentes del PP. A ello se refiere el comunicado de La Moncloa cuando responsabiliza a aquellos que "desde días anteriores venían instigando los incidentes".

El ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, resaltó a este diario que en la marcha "no hubo ningún grito contra ETA ni contra el terrorismo. Sólo contra el Gobierno y ensalzando al dirigente del PP Ángel Acebes". Sevilla cree que la manifestación reveló "el resurgir político de la extrema derecha, utilizando a las víctimas del terrorismo y ensalzando a dirigentes del PP", en alusión al secretario general del PP. El ministro agradeció, a su vez, "la actitud del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y de la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre", ambos del PP, por respaldar a los ministros insultados y agredidos. Ayer se sumaron a este respaldo los dirigentes populares Gustavo de Arístegui y Ana Pastor, que a su vez reprocharon a los alborotadores que "mancillaran" la manifestación en la que participaban.

El Gobierno teme que detrás de los hechos del sábado esté el sector más radical del PP, con la pretensión de obstaculizar cualquier intento del Gobierno de Zapatero de avanzar hacia la paz en Euskadi. No le parece casual que estos sucesos se produzcan una semana después de que el presidente anunciase una esperanza de paz en el País Vasco. "Hay sectores de la derecha para los que parece más importante desgastar al Gobierno socialista que acabar con el terrorismo", dijo Sevilla.

También fue bastante explícito Pérez Rubalcaba al denunciar "la actitud de algunos dirigentes del PP que salen al paso de todos los rumores y a veces toman posiciones que tienen más sentido partidario que sentido de una política de Estado". En esta línea, no han pasado inadvertidas al Gobierno y al PSOE las declaraciones que el sábado hizo el ex presidente José María Aznar en San Sebastián, donde manifestó: "Los terroristas no pueden lograr ninguna retribución por dejar de matar". Acebes se expresó en el mismo sentido en Madrid. Desde el Gobierno se recordaba ayer que Aznar promovió en 1998 contactos entre su Gobierno y una representación de ETA en Zúrich (Suiza) para explorar posibilidades de paz a cambio de soluciones para los presos terroristas si la banda dejaba las armas.

Rubalcaba recordó que el Gobierno socialista sigue la política marcada por el Pacto Antiterrorista suscrito con el PP en 2000, que establece que corresponde "liderar al Gobierno esta política de Estado y al principal partido de la oposición apoyarla". También aclaró que "este Gobierno promueve una política penitenciaria tendente a evitar que los etarras abandonen las cárceles sin haber cumplido la totalidad de sus condenas".

Rubalcaba reclamó a Acebes explicaciones de lo sucedido el sábado: "Algo tendrá que decir cuando le exaltaban a él e insultaban al Gobierno". Y resaltó que Mariano Rajoy, presidente del PP, no estuvo en la manifestación. Lo achacó a dos posibles motivos: "O intuyó lo que iba a pasar o estaba descansando".

El ministro de Defensa, José Bono (a la derecha), y su hijo, durante los incidentes registrados en la manifestación del sábado en Madrid.
El ministro de Defensa, José Bono (a la derecha), y su hijo, durante los incidentes registrados en la manifestación del sábado en Madrid.BERNARDO PÉREZ

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