Philips se plantea la continuidad de su última fábrica en España
La presencia industrial de la multinacional Philips da sus últimos coletazos en España. La dirección de LG Philips considera que las pérdidas que acumula Barayo -la antigua Miniwatt, que produce tubos catódicos para televisores en Barcelona- "hacen inviable" el futuro de la fábrica española. La compañía ha reducido un 30% la plantilla desde abril de 2004, y cerró el pasado año con 370 trabajadores.
La multinacional coreana LG y el grupo holandés Philips se reparten al 50% el capital de la compañía, y parecen decididos a cerrar la fábrica de la antigua Miniwatt. La dirección de la empresa aduce que la caída de las ventas de televisores tradicionales por el empuje de las pantallas planas ha reducido notablemente la demanda de tubos catódicos. "La compañía acumula varios años de pérdidas y el futuro de la fábrica es inviable", explicaron fuentes próximas a la dirección.
Las mismas fuentes aseguran que cada tubo catódico que sale de la planta barcelonesa "provoca unas pérdidas de entre seis y siete dólares", lo que unido a los números rojos que arrastra la compañía desde hace años "comprometen seriamente su futuro".
La empresa cerró el pasado ejercicio con una pérdida estimada de 30 millones de euros, frente a los 24,6 millones de 2003. La facturación registró también un retroceso notable, al pasar de 77,4 millones de euros a unos 50 millones euros, y la producción de tubos se situó en 2,4 millones, 400.000 menos que el año anterior. Barayo, además, ha puesto en marcha un programa de bajas incentivadas, que ha supuesto un recorte del 30% de la plantilla -150 trabajadores- desde el pasado abril, para acabar 2004 con 370 empleados. Los sindicatos reconocen que la situación es "crítica", pero no han recibido ninguna comunicación por parte de la dirección del grupo.
Despidos
El futuro de Lámparas Z, también del grupo Philips, es aún más negro que el de la antigua Miniwatt. La dirección de la compañía, ubicada en Barcelona, ya ha comunicado, y reiteradamente, al comité de empresa su intención de cerrar la fábrica de la Zona Franca de Barcelona y despedir así a sus 161 trabajadores, ante los menores costes laborales de una planta similar de Philips en Polonia.
Lámparas Z cerró 2004 con unas pérdidas de 8,7 millones de euros -frente a unos números rojos de 7,2 millones en 2003- y con una facturación de 16,3 millones de euros, un retroceso interanual del 23,8%.
Las dificultades que atraviesan Barayo y Lámparas Z son el último episodio del desmantelamiento industrial de Philips en España. El grupo llegó a contar con ocho plantas de producción en los años ochenta, y unos 12.000 puestos de trabajo.
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