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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Jesús Soto, maestro del arte cinético

Jesús Soto, uno de los grandes artistas plásticos venezolanos del siglo XX, ha fallecido en París, ciudad donde transcurrió buena parte de su vida. Aunque murió hace unos días, la familia no lo hizo público hasta el miércoles 19 de enero

Soto, de 81 años, encabezó junto al también venezolano Carlos Cruz Díez, la llamada escuela cinética, con obras de dos y tres dimensiones que hacen énfasis en el movimiento real o aparente de las líneas.

Nacido en Ciudad Bolívar, al sur de Venezuela, el 5 de junio de 1923, empezó pintando carteles para los cines y obtuvo una beca para cursar estudios en la Escuela de Artes Plásticas de Caracas.

Tras una pasantía como director de la Escuela de Artes Plásticas de Maracaibo, la segunda ciudad del país, se radicó en París, donde se ganaba la vida con su otra gran pasión artística, la música. Allí entró en contacto con las corrientes en boga de las artes plásticas, como el cubismo y las tendencias geométricas de Mondrian. Igualmente se interesó en las obras de grandes innovadores como Kandinsky, Arp y Calder. Sin embargo, nunca quiso copiar los conceptos ya expresados por otros, sino realizar nuevos enfoques.

Bajo esa orientación, creó, a comienzos de la década de los años cincuenta, las primeras manifestaciones del arte cinético. En principio se trataba de cuadros estáticos que provocaban la sensación de dinamismo o vibración merced a la superposición de materiales y al movimiento del espectador frente a la obra. Basándose en elementos sencillos, tales como líneas, cuadrados y puntos, alineados en un determinado orden y repetidos, fue creando un estilo personalísimo que adquiría pronto el rango de escuela pictórica.

En 1953 creó la obra Desplazamiento con la vibración óptica que sugiere la tercera dimensión. En el año 1955 sorprendió con Espiral, construida en dos planos, uno transparente y otro opaco, cuya superposición produce la percepción de vibraciones. Esta pieza es considerada el punto de partida del arte cinético.

Muy importantes son también sus obras penetrables, en las que el espectador puede entrar y formar parte de ellas, en lo que Soto gustaba denominar "la cuarta dimensión".

Ganador del Premio Nacional de Artes Plásticas en 1969 y de numerosos reconocimientos internacionales, el nombre de Soto fue dado al museo de arte moderno de Ciudad Bolívar.

Muchas de sus obras han sido integradas a los espacios urbanos de las ciudades venezolanas. Algunos de sus móviles se encuentran en edificaciones emblemáticas de Caracas, como el teatro Teresa Carreño y, con dimensiones monumentales, en el complejo hidroeléctrico de El Guri, al sur del país.-

Jesús Soto, en una de sus obras penetrables.
Jesús Soto, en una de sus obras penetrables.ASSOCIATED PRESS

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