Agresiones racistas contra gitanos
El domingo 16 de enero fue en Cortegana, pero antes fue en Albaladejo, Almoradí, Astorga (estoy consultando mi abecedario del Racismo y de la Xenonofobía, letra A) o Martos y Mancha Real, letra M.
Una vez más, una "manifestación pacífica" derivó en un atropello masivo -no el de unos pocos exaltados como pretenden hacernos creer los medios de prensa- hacia todos los gitanos residentes en la localidad.
Todo comenzó como otras tantas veces en otros tanto lugares con una gran concentración (grande, por el número de vecinos que participan) en la plaza del Ayuntamiento, con la presencia de las autoridades a la cabeza. Terminada la concurrida manifestación, muchos decidieron dirigirse hacia las viviendas de los gitanos anatematizados, teniendo éstos que refugiarse en su interior mientras podían ver arder la paja almacenada para alimento de sus mulos, que también fueron maltratados o los daños en sus vehículos y otras pertenencias.
¿Dónde estaban las fuerzas encargadas de velar por el orden y la seguridad de todos? ¿Acaso no conocían antecedentes como los enumerados al principio de estas líneas? ¿No se les pasó por la cabeza cómo suelen terminar estos ejemplos de ciudadanía y manifestaciones pacíficas? Me temo que una mayor presencia policial no hubiera evitado nada, para evitar "males mayores", como por desgracia ha sucedido y han alegado, por su parte, las fuerzas de orden público, en otras ocasiones.
Si se quiere evitar una nueva Mancha Real, el domingo se dio un mal paso. Para los más, el linchamiento o la expulsión de los gitanos culpables (con un sentido laxo de la culpabilidad, contrario a cualquier principio de derecho penal y de justicia) sigue pendiente y candente. Por su parte, alguno de los gitanos ya han anunciado que la próxima vez no se van a quedar parados. Les asiste la legítima defensa, más cuando en sus memorias sería difícil que dejasen de percibir a la Guardia Civil y a los otros cuerpos de policía como quienes tienen encomendada su persecución y represión antes que su protección, con menciones expresas, véase la famosa cartilla de la Benemérita. Aunque esperemos que sea ésta hoy en día un objeto tan pintoresco como histórico y en desuso.
Una nueva Mancha Real significaría la consumación de las acciones emprendidas con el linchamiento o destierro de los gitanos "culpables", sus familiares gitanos y el resto de los gitanos "no culpables". ¿O lo son todos y es eso lo que se persigue? ¿Y para qué sirve un Estado de derecho? Por lo visto, ni para satisfacer a los unos, ni proteger a los otros.
Mala cosa cuando las instituciones que tienen que funcionar no lo hacen y no se sabe atajar a tiempo la desinhibición de las pasiones más bajas.
Hace unos meses, la fundación del Secretariado Gitano inició una campaña de comunicación y sensibilización social. Apareció en los medios, ente otros, un anuncio donde el conductor airado de un autobús expulsaba a todos los usuarios del servicio, por algo que supuestamente había cometido uno de ellos.
Tengo en mis manos otro. Es la contraportada de una revista de la citada Fundación: Sobre un fondo amarillo en la parte superior se observa una mancha negra. Algo más debajo, una frase que dice: "Esta página es negra"
Así vemos a la comunidad gitana. Conócelos antes de juzgarlos.
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