El Ecofin avanza en el acuerdo para reformar el Pacto de Estabilidad
Sanciones a Grecia y Hungría y archivo de los expedientes a Francia y Alemania
Los ministros de Economía y Finanzas de la UE acercaron ayer sus posiciones sobre la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento que se quiere aprobar en marzo. Las aclaraciones de Alemania de no pretender deducir gastos para el cómputo del déficit facilitaron ayer las negociaciones e incluso los más reticentes a modificar las reglas del rigor presupuestario hablan ya de próximo consenso.
"Podemos ser optimistas", dijo el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, presidente de la reunión de los ministros de Economía y Finanzas (Ecofin), al término del debate de seis horas sobre la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. La intervención del ministro alemán de Finanzas, Hans Eichel, para clarificar la posición de Berlín tras el órdago del canciller Gerhard Schröder, que en un artículo publicado el lunes exigía una mayor flexibilidad del Pacto, disipó reticencias.
Eichel explicó a sus homólogos que Berlín no exige deducir grandes gastos (aporte neto a la UE, reunificación del país, inversión en I+D) en el cómputo del déficit público, sino tener en cuenta este tipo de gastos a la hora de abrir o proseguir con la vía de las sanciones. De este modo, Juncker pudo proclamar que ninguna partida de gasto se deducirá del déficit y que incluso los países más ortodoxos, que se cerraban en banda a tocar el Pacto de Estabilidad, están ahora más abiertos a admitir cambios.
Compromiso
En efecto, tanto Austria como Holanda admitieron ayer estar dispuestos a "buscar un compromiso". Mientras Holanda quiere que se tenga en cuenta la cantidad y calidad de la deuda pública, que es justamente su tendón de Aquiles, Austria espera la lista completa de gastos y circunstancias a tener en cuenta para paralizar la vía de las sanciones o dar más tiempo a los países infractores a que tomen medidas y vuelvan a cumplir el Pacto (mantener el déficit público por debajo del 3% del PIB, y la deuda pública, por debajo del 60%).
La Comisión Europea tendrá en cuenta las reformas estructurales cuantificables, las inversiones en I+D (Investigación y Desarrollo) y si las cincunstancias económicas son adversas o favorables a la hora de juzgar a un país si éste supera el 3% de déficit.
Los ministros de Economía y Finanzas pretenden llegar a un acuerdo sobre esta reforma que el comisario Joaquín Almunia puso sobre la mesa antes del verano en la reunión del 8 de marzo para que los jefes de Estado o de Gobierno reunidos en Consejo Europeo el 22 y el 23 de marzo puedan sancionarla. El Ecofin decidió seguir adelante con la vía de las sanciones contra Grecia y Hungría, mientras que confirmaba la congelación de los procedimientos contra Francia y Alemania también por déficit excesivo. El caso griego es el más grave, ya que falseó sus cuentas en los años previos a la entrada del euro, lo que le permitió adherirse a la moneda única. Hungría, según Bruselas, no sólo no cumple la regla de oro del 3%, sino que no va a ser capaz de respetar su objetivo de dejar el déficit de 2004 en el 4,6%, y el de 2005, en el 4,1%.
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