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Pujol confirma que el Consell negocia con Cataluña la denominación conjunta de la lengua

González Pons mantuvo una segunda reunión con Ernest Maragall el pasado sábado

El ex presidente de la Generalitat de Cataluña Jordi Pujol confirmó ayer que el Consell está negociando con el Gobierno catalán y con la colaboración de CiU una denominación conjunta de la lengua que se habla en los dos territorios. Las conversaciones que mantiene el consejero portavoz Esteban González Pons con dirigentes catalanes, el pasado sábado habló con Ernest Maragall, tienen el objetivo de cerrar la crisis creada en la Acadèmia Valenciana de la Llengua por el propio Consell. "El tema de la denominación conjunta se está tratando", dijo Pujol en Valencia.

Amor critica que no se haya distribuido la Constitución europea en valenciano

Jordi Pujol pronunció una conferencia en el Club de Encuentro, en Valencia, a la que asistió como oyente el consejero portavoz, Esteban González Pons, que quiso hacer evidente su presencia. Previamente, Pujol, interpelado sobre las conversaciones del Consell con el Gobierno catalán y con políticos de CiU, confirmó: "El tema de la denominación conjunta se está tratando, pero no me haga entrar en la cuestión". Luego añadió: "No se discute ni sobre normativa, ni sobre sintaxis". El ex presidente catalán argumentó que "desde Valencia se ha de hacer un discurso valencianista y no anticatalanista. Cuando más se profundice en el discurso valencianista más cerca estaremos Cataluña y Valencia". Pujol destacó también la transcendencia que tiene el memorándum que el Gobierno español ha presentado en Bruselas para lograr el reconocimiento de las lenguas cooficiales españolas porque lo que se plantea en la Unión Europea se tendrá que plantear también en España y eso refuerza la posición de valencianos, vascos, gallegos y catalanes.

Las declaraciones de Pujol se produjeron anoche después de que el Gobierno valenciano haya recurrido a su homólogo catalán con el objeto de obtener la mediación de este último para evitar que se produzcan dimisiones en el seno del grupo de 13 académicos que defienden el dictamen de la Acadèmia relativo a la naturaleza del valenciano (y que incide en la unidad lingüística del catalán) que el Consell bloqueó con amenazas de cambiar la ley de creación de la institución y desvirtuar su propósito original. Éste fue uno de los temas que se trataron en la reunión entre el consejero portavoz Esteban González Pons y el secretario del Gobierno catalán y hermano del presidente Pasqual Maragall, Ernest Maragall, a finales de diciembre y el sábado de la semana pasada. La Generalitat catalana se mostró dispuesta a contribuir a pacificar la situación. En este sentido estaría trabajando el ex presidente del Parlament, el político de Unió Democràtica de Catalunya Joan Rigol, que también se ha reunido con González y con el académico Rafael Alemany.

La dimisión de algunos académicos, sobre todo de aquellos con mayor preparación y proyección universitaria y filológica, supondría un golpe prácticamente mortal a la institución. Mientras tanto, la Acadèmia intenta recuperar hoy una cierta normalidad en su funcionamiento con la convocatoria de una junta de gobierno que deberá abordar numerosos asuntos, entre ellos la petición de los 13 académicos de que el letrado del ente normativo elabore un informe sobre la legalidad de la eliminación por parte de la presidenta de la Acadèmia, Ascensión Figueres, del punto del orden del día en el que se iba a tratar el dictamen en el pleno del pasado día 22.

La presidenta ha presentado hasta tres veces su dimisión, sin que fuera aceptada por el presidente de la Generalitat, Francisco Camps. Figueres, además, se siente excluida de las conversaciones que mantienen los gobiernos valenciano y catalán. Esta situación podría provocar su dimisión definitiva. Fuentes de la Acadèmia apuntan que un candidato de consenso, que podría estar bien considerado por todas las partes, sería el estudioso Pere Maria Orts. Se trataría de una solución para un año y medio, el plazo de tiempo que le queda a la actual composición de la Junta de Govern.

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Alemany, por su parte, reiteró, en declaraciones a Europa Press, que el dictamen "tiene que salir" en los términos que estimen los académicos y constató una menor tensión en el ambiente, aunque tampoco hay "que lanzar las campanas al vuelo".

El portavoz adjunto del PSPV en las Cortes Valencianas, Antoni Such, afirmó: "A los socialistas valencianos nos da pena la actitud de González Pons y Francisco Camps porque si por un lado nos parece bien que se mantengan reuniones con nuestros vecinos, pensamos que éstas deberían haberse realizado con luz y taquígrafos".

En este contexto de polémica lingüística, la consejera de Cooperación, Gema Amor, criticó ayer que el Gobierno central no entregara ejemplares en valenciano de la Constitución Europea que se repartieron el domingo a través de los periódicos. Amor rechazó la "irresponsabilidad" de culpar a las empresas editoras. La consejera apostilló que la Generalitat hace campaña en valenciano y castellano. El delegado de Gobierno en Valencia, Antoni Bernabé, se escudó en que la distribución de la Constitución se había hecho atendiendo los criterios de las propias empresas editoriales, pero que hay ejemplares en valenciano para atender todas las peticiones.

Pedir agua sin radicalismos

Pujol se sintió ayer, ante un auditorio con notables representantes políticos y empresariales -Francisco Pons (AVE), Rafael Ferrando (Cierval) y Juan Roig (Mercadona)-, legitimado y con plena libertad para hablar de agua y del anulado trasvase del Ebro. Tras recordar los antecedentes del polémico trasvase, el ex presidente catalán concluyó: "Ustedes [los valencianos] no pueden contar ni con una gota de agua del Ebro porque en Cataluña nadie lo aceptará. Ya no lo puedo aceptar ni yo, que me he jugado el tipo [por el trasvase] con tres o cuatro diputados". "Ustedes han de plantear el tema sobre una base menos radical", prosiguió Pujol, que afirmó que "el primero que tendría que ir a ver a la ministra Narbona es [Pasqual] Maragall" junto con Francisco Camps y Marcelino Iglesias para pedir al PSOE que cumpla lo que dijo de ofrecer agua por medios alternativos. "A ustedes les es igual que el agua venga del Ebro o de cualquier otro lugar, con desaladoras o como sea", sentenció el ex presidente catalán. Pujol, ante políticos y empresarios, explicó en su intervención que catalanes y valencianos conforman un espacio geoeconómico común, que a excepción de Lombardía, es el más potente del Mediterráneo occidental. "Que haya un eje Madrid-Valencia para que no miren a Barcelona es un disparate y ustedes deberían ser los primeros en reaccionar porque para ir hacia Europa el camino pasa por Barcelona". El ex presidente catalán reconoció que el proyecto de eurorregión que postula Pasqual Maragall le parece bien, aunque él nunca se atrevió a hablar de la extensión de la que se habla ahora por "miedo a la reacción valenciana".

Respecto a los discursos que hablan de la voluntad de Cataluña por anexionarse del País Valenciano o por tener mayor influencia, Pujol fue claro: "Eso es ridículo".

Un ridículo como el que ayer hicieron unos pocos radicales del secesionismo lingüístico que buscaron llamar la atención profiriendo algunos insultos hacia Pujol.

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