Dos etarras salen de la cárcel gracias a la acumulación de redenciones
Pedro María Aira, 'Kinito', y Eduardo Sainz Lobato fueron condenados a 35 y 34 años, y han pasado 17 en prisión cada uno
El etarra Eduardo Sainz Lobato, condenado a 34 años, salió el viernes en libertad definitiva de la prisión de Murcia al haber extinguido la totalidad de su condena gracias a las redenciones penitenciarias. El sábado también abandonó el penal asturiano de Villabona el terrorista Pedro María Aira, Kinito, condenado a 35 años, por el mismo motivo, y que en 1990 se acogió a las medidas de reinserción. Ambos han pasado en presidio 17 años.
La Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional intentó demorar el pasado día 12 la excarcelación de Sainz Lobato, tras dejar sin efecto "las redenciones acordadas con posterioridad al 29 de mayo de 2003 por Juzgados de Vigilancia Penitenciaria distintos al Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria". El tribunal pretendía revisar todos sus partes de redención para ver si se le habían otorgado injustificadamente.
La paralización de la libertad o licenciamiento definitivo apenas duró un día, ya que el jueves por la noche la sala comunicó a la prisión que el cómputo de los beneficios era "correcto". En la madrugada del viernes, Sainz Lobato salió de la cárcel. Este terrorista había sido condenado a 27 años de cárcel por colaborar en el asesinato en agosto de 1986, por el comando Araba, del coronel de artillería José María Picatoste, y a otros siete años por pertenencia a banda armada.
El sábado también salió en libertad definitiva el preso etarra Pedro María Aira, Kinito, nacido el 13 de enero de 1955 en Puebla de Valdeorras (Ourense). Este terrorista fue condenado a 35 años, entre otros delitos por el asesinato de un taxista en Oiarzun (Guipúzcoa), en febrero de 1980. Kinito fue detenido en Francia tras regresar de México y fue entregado a las autoridades españolas en 1987.
Aira se acogió en 1990 a las medidas de reinserción del Gobierno, lo que provocó que fuera acercado al País Vasco, a finales de junio de 1996, junto a otros 32 presos etarras. Hasta ahora ha estado cumpliendo su pena en la cárcel de Villabona y ha extinguido gracias a las redenciones 13 años del máximo de cumplimiento efectivo entre rejas de 30 años.
Fuentes del Ministerio del Interior aseguran que este año está prevista la excarcelación de cuatro personas detenidas en los años 80 y con grandes condenas. El caso más paradigmático es el de Juan María Tapia Irujo, quien fue uno de los secuestradores, en marzo de 1983, del empresario Diego Prado y Colón de Carvajal, y participó en el asesinato de cinco guardias civiles. Fue detenido ese mismo año y, desde entonces, ha estado ininterrumpidamente en prisión. Su condena supera los cien años.
También podrían quedar libres este año Francisco Javier Etxebarria González, preso desde 1986 y condenado a 205 años por crímenes como el asesinato del comisario José Luis Raimundo Moya el 15 de marzo; José Carlos Fachal Agrelo, recluido desde septiembre de 1987 y con 181 años de condena por varios asesinatos frustrados, e Itziar Arrizabalaga Osa, con más de 100 años de pena. Los expedientes de estos presos serán revisados para comprobar si las redenciones de pena se han concedido correctamente. En principio, aquellas solicitadas con posterioridad a 1995 (cuando ETA dio permiso a sus presos para arreglar su situación penitenciaria) y que correspondieran a años anteriores a 1990 serán anuladas. Askatasuna, el organismo de apoyo a los presos de ETA, asegura que ya deberían estar en libertad condicional o definitiva un total de 85 etarras.
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