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Reportaje:

La apuesta suiza de Novartis

Saatchi & Saatchi de Ginebra consigue 'el contrato del siglo'

Los publicistas de Ginebra dispondrán, según la revista especializada Adweek, de un presupuesto total que se aproxima a los 150 millones de dólares, una cifra que "normalmente sólo se ve en las campañas publicitarias internacionales de coches", en palabras de un profesional de otra agencia.

Ésta es la nueva cuenta más importante que la agencia londinense ha conseguido en el mundo entero durante 2004
Con esta campaña, Novartis quiere introducir Voltarén, con más de treinta años de antigüedad, en el mercado del consumo de masas

Pedro Simko, director gerente y fundador de la agencia publicitaria, de origen argentino, agrega que este contrato es "la nueva cuenta más importante que Saatchi & Saatchi ha conseguido en el mundo entero en 2004" en lo que es ya conocido como un récord y un acontecimiento en Suiza. La de Novartis es, de lejos, la más grande cuenta publicitaria del país alpino y una de las más importantes de la historia de la publicidad helvética. Hasta el momento, las cuentas Voltarén y Otrivin eran gestionadas por Euro RSGC.

Con esta campaña global, Novartis quiere introducir Voltarén, un producto con más de treinta años de antigüedad, en el mercado del consumo de masas. Voltarén es un analgésico de venta libre presente en más de 120 países y ha sido el medicamento estrella que ha hecho la fortuna de la Ciba-Geigy en los años setenta y ochenta. Según Bloomberg, es el noveno producto en ingresos del gigante farmacéutico suizo, con 159 millones de dólares en el tercer trimestre del 2004. Otrivin es un descongestionante nasal.

El procedimiento habitual hace que, normalmente, las agencias de publicidad confíen este tipo de presupuestos a sus grandes oficinas centrales de Londres, París o Nueva York. Con 200 colaboradores fijos en las oficinas de Londres y apenas una treintena en Ginebra, la adjudicación del contrato a Suiza es "el mundo al revés", en palabras de Simko. De hecho, el publicista comenta que "a pesar de ser una oficina relativamente modesta, cuenta con un equipo multinacional en el que se hablan 12 lenguas y están representadas numerosas nacionalidades". Ésta es una característica muy habitual en Ginebra, una de las ciudades más cosmopolitas del mundo, donde casi la mitad de sus habitantes no son suizos de nacimiento.

Este cosmopolitismo y variedad justifican y explican en parte el éxito de su propuesta, dado que, a su juicio, "en una agencia publicitaria de Madrid hay, básicamente, españoles, y en París, franceses", mientras que en Ginebra todo el planeta está representado a pequeña escala. Se espera que la campaña vea la luz a lo largo del primer semestre del año.

Para Saatchi & Saatchi, esta victoria llega en el mejor momento, dado que los ingleses han perdido la cuenta Tylenol, propiedad de Johnson & Johnson, que les proporcionaba 200 millones de dólares anuales, siempre según informes de Adweek.

Creatividad alpina

Pedro Simko, nacido en Buenos Aires hace 47 años, ha realizado estudios en Estados Unidos y se instaló en Ginebra con su mujer en 1982 para trabajar en Procter & Gamble. Es en Suiza donde decide fundar su propia agencia de publicidad: Simko. A principios del año pasado, la agencia suiza fue fusionada con la multinacional Saatchi & Saatchi, creándose así la actual Saatchi & Saatchi Simko. El creativo considera que "sin falsa modestia", su compañía ha ganado el concurso Novartis porque ha presentado "las mejores ideas".

Es interesante notar que, habitualmente, el trabajo de una agencia miembro de una gran multinacional consiste en adaptar las campañas globales a nivel nacional, pero, esta vez, son las grandes oficinas de París, Nueva York o Londres las que seguirán las directivas e indicaciones de la pequeña oficina de Ginebra, situada a pocos pasos del bello casco antiguo de la ciudad de Calvino.

En declaraciones al diario suizo Le Matin, el publicista comentaba que "los suizos deben dejar de pensar que no están a la altura. Suiza sufre a menudo de una falta de confianza y de coraje; pero no de ideas", como parece demostrarlo este triunfo de la publicidad helvética.

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