El 80% de los contribuyentes quedará exento del pago de impuestos por las herencias
La Generalitat reforma la tributación de sucesiones, con una rebaja media del 24%
Los catalanes pagarán menos impuestos por las herencias. El Gobierno catalán dio a conocer ayer la reforma del impuesto de sucesiones y donaciones, uno de los compromisos personales del consejero de Economía, Antoni Castells. El 80% de los ciudadanos que hasta ahora debían hacer efectivo el pago de este impuesto quedará exentos de tributación. Además, la presión fiscal media de las herencias y donaciones se reducirá un 24% con la nueva tributación, que se aplicará de forma gradual hasta julio de 2007. Castells aseguró que esta rebaja no supondrá una merma en la partida de ingresos de la Generalitat.
Baja el impuesto por el que tributan las herencias y donaciones, pero no se reducen los ingresos procedentes de este tributo. Castells explicó ayer esa difícil ecuación al asegurar que el impuesto sobre sucesiones y donaciones "se viene incrementando año tras año por encima del crecimiento del nivel de renta de los catalanes". E incluso apuntó algunas cifras que desbaratan cualquier posible merma de ingresos de las arcas de la Generalitat: los ingresos procedentes de este tributo alcanzaron 450 millones de euros en 2004 y se situarán en 514,1 millones en 2005. La aplicación gradual de los cambios en el esqueleto del impuesto "permitirá que en 2006, 2007 y en años sucesivos esa cifra se mantenga bastante estable", explicó Castells.
El nuevo impuesto llegará al Parlamento catalán en febrero y estará listo en el primer semestre del año, aunque la reforma será gradual, y algunos de los cambios no se aplicarán hasta julio de 2007. La hacienda pública catalana recibía hasta ahora unas 80.000 declaraciones anuales del impuesto de sucesiones y donaciones, pero después de la reforma esa cifra oscilará entre 15.000 y 20.000, según Castells.
Diferencia entre comunidades
La reforma es consecuencia de la capacidad normativa de las comunidades autónomas en lo relativo a este tributo. Al igual que Cataluña, la mayoría de las comunidades han empezado ya a hacer uso de esa competencia: en España existen actualmente 13 impuestos de sucesión distintos, e incluso algunas regiones -como La Rioja y Cantabria- han suprimido casi totalmente el tributo para ascendientes, descendientes, cónyuge, adoptados y adoptantes.
Siguiendo otro modelo, Andalucía liberó de tributación el pasado año a ascendientes, descendientes y cónyuges, pero a condición de que no superen unos límites en el patrimonio heredado (125.000 euros) y en el patrimonio preexistente (no más de 402.678 euros). El impuesto que se aplica actualmente en Cataluña ya incorpora fuertes reducciones (del 95%) para las herencias de vivienda habitual y transmisión de empresas familiares. Pero el nuevo tributo incrementa las reducciones (concepto equiparable a la de mínimo exento) para todo tipo de bienes: para los cónyuges, la reducción pasa de 18.000 a 80.000 euros, y para los hijos, de 18.000 a 40.000 euros. Para los familiares de segundo y tercer grado, se eleva a 15.000 euros.
En la práctica, la reforma "libera del pago a las herencias pequeñas y medianas y mejora el tratamiento fiscal para los familiares directos, especialmente los cónyuges", dijo Castells. "El objetivo básico es simplificar el impuesto para que sea más transparente, más progresivo y también más justo", explicó el consejero, que se reunirá con la totalidad de los partidos con representación en el Parlament para acordar el texto definitivo de la reforma.La reforma del impuesto se traducirá en una reducción de la base imponible una vez que el Parlament dé vía libre al texto legal, a mediados de 2005. Más adelante se reducirán también los coeficientes de patrimonio -un multiplicador que incrementa la cantidad que deben pagar los declarantes que tienen mayor renta- y a partir de julio de 2007 se aplicará una disminución de la tarifa.
Economía calcula que la presión fiscal se reducirá el 24%, pero de forma gradual. El primer año, la rebaja se situará en el 10,3%, y en el segundo ejercicio, en el 15,1%. El 24% llegará, de esta manera, al tercer año. Al margen de los que quedarán totalmente exentos del pago del impuesto, entre los declarantes las rebajas irán entre el 11% y el 66%, según las previsiones del Departamento de Economía y Finanzas.
El consejero de Economía, Antoni Castells, presentó la reforma acompañado por tres de los pesos pesados de su departamento: Martí Carnicer, secretario general del departamento; Iu Pijoan, director general de Tributos, y Maria Antònia Monés, directora general de Programación Económica.
La reforma, además, reduce los tramos actuales de la tarifa de 16 a 6, con un tipo máximo del 31% (frente al 32,98% que se aplicaba hasta ahora) y un tipo mínimo del 6% (el actual es del 7,2%). Castells señaló que el impuesto vigente tiene demasiada "complicidad" y hace recaer en las personas que heredan un patrimonio modesto una carga fiscal "excesiva". "La actual reforma tiene un componente de justicia social", remachó.
Más capacidad
Castells no desaprovechó la ocasión para reiterar la voluntad del Ejecutivo tripartito catalán de incrementar sus competencias en materia tributaria. Aseguró que la reforma del impuesto de sucesiones y donaciones "demuestra una vez más que Cataluña utiliza su capacidad normativa en el campo tributario", como ya hizo con la aplicación del denominado céntimo sanitario, el gravamen sobre las gasolinas para reducir el abultado déficit de la sanidad catalana.
Ante las críticas que desató en su día esa medida, el consejero subrayó que en este caso el Gobierno catalán hace uso de la capacidad normativa para bajar los impuestos.
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