A 18.000 kilómetros por hora...
Huygens va hibernada en su descenso hacia Titán, y tenía previsto despertar hoy de madrugada cuando se lo indique el reloj programado a bordo. Será unas pocas horas antes de que alcance las capas externas de la atmósfera de Titán (previsto para las diez de la mañana, hora peninsular). Allí llegará a una velocidad de 18.000 kilómetros por hora y en los primeros tres minutos de entrada en la atmósfera se frenará hasta unos 1.400 kilómetros por hora. Como consecuencia de la fricción, el escudo térmico protector se calentará inmediatamente hasta 1.800 grados. Comenzará así toda la operación de caída, a unos 180 kilómetros de la superficie de la luna.
En cuanto se abra el paracaídas-piloto que libera el principal, la velocidad pasará en un minuto de 1.500 kilómetros por hora a unos 290 kilómetros. Entonces se desprenderá el escudo térmico protector, quedando liberado el módulo con los instrumentos científicos. La sonda estará a unos 160 kilómetros de la superficie. Poco después, a 150 kilómetros, la cámara empezará a tomar imágenes.
A una altura de unos 120 kilómetros se desprenderá el paracaídas principal (8,3 metros de diámetro) y se abrirá otro (tres metros de diámetro) que ralentizará la caída hasta unos 20 kilómetros por hora durante el resto de la maniobra. Se calcula que entonces los instrumentos tendrán unas dos horas y cuarto para tomar datos mientras la Huygens desciende suavemente. A unos 70 kilómetros de altura se espera que se aclare la visibilidad. A unos 45 kilómetros, la sonda pasará por la tropopausa, la región más fría de la atmósfera, y la temperatura descenderá hasta unos 200 grados bajo cero.
En los últimos 30 kilómetros, un radar irá midiendo la distancia a la superficie mientras la cámara seguirá tomando imágenes. Cassini estará a más de 60.000 kilómetros de distancia recibiendo ya datos de la sonda para transmitirlos a los científicos en la Tierra.
Finalmente, la gran sorpresa: el impacto en el suelo a una velocidad de seis metros por segundo. ¿Llegará Huygens a un océano de metano y etano helado o casi helado, pero tal vez con icebergs flotando, como sueñan los más optimistas? ¿O caerá sobre una superficie sólida?
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