Pujol sale en apoyo de Mas para lograr el aval de CDC al tratado europeo

Jordi Pujol tuvo que tomar la palabra ayer en la ejecutiva de Convergència Democràtica (CDC) para conseguir el aval de los dirigentes del partido al tratado constitucional europeo y vencer así las reticencias de los más euroescépticos. Pujol argumentó que un sí a la Constitución servirá para afianzar el liderazgo de Artur Mas. Al final, Pujol y Mas convencieron a la ejecutiva para hacer campaña a favor en el referéndum y a las juventudes del partido para que eviten hacer alarde público de su disconformidad con esta decisión.

Raras veces la ejecutiva de CDC dedica más de cuatro horas a debatir sobre un mismo asunto. Pero ayer, el tema tenía enjundia porque los convergentes -salvo contadas excepciones- han pasado del negro al blanco, de rechazar a apoyar la Constitución europea en menos de seis meses. Una conversión que ayer Pujol y Mas consiguieron que fuera unánime, salvo en las díscolas juventudes.

La dirección de CDC considera que el Gobierno central ha cumplido "globalmente" las condiciones que los nacionalistas fijaron para recomendar el sí en el referéndum de febrero, es decir, el reconocimiento institucional y lingüístico de Cataluña en las instituciones comunitarias. Es una satisfacción, no obstante, con matices. "Un sí convencido pero crítico", lo calificó el secretario general, Artur Mas.

Mas y Pujol se emplearon a fondo para convencer a los más de 40 miembros de la ejecutiva convergente sobre las bondades de esta Constitución y los esfuerzos realizados por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El ex presidente de la Generalitat tuvo que poner, en palabras de Mas, su "granito de arena" para arrancar una posición unitaria. Para ello Pujol manifestó que el apoyo a la Constitución reforzará "el papel de CDC en Cataluña" y también "los liderazgos dentro de Convergència", en clara referencia a Artur Mas.

Hubo en la reunión una quincena de intervenciones, todas ellas para recordar su oposición inicial al tratado y subrayar que si ahora la cúpula convergente recomienda el sí no hay margen para disensiones internas y acatan la decisión. Los seis vicesecretarios generales, la mayoría de ellos contrarios al tratado en un principio, mantuvieron un elocuente silencio.

Campaña a favor

Los escépticos -así lo admitió Mas en su comparecencia informativa- esgrimieron su temor a que, finalmente, el catalán no sea lengua oficial en la UE, pues se necesita la unanimidad de los Veinticinco para modificar el reglamento de usos lingüísticos. Asimismo, mostraron su insatisfacción por la "escasa" presencia que el Gobierno catalán tendrá en las instituciones comunitarias.

Convergència, por tanto, hará campaña por el sí en el referéndum previsto para el 20 de febrero, y toda la ejecutiva -tal como se acordó ayer- acatará esta decisión. Las juventudes, contrarias a la Constitución, se comprometieron a no presentar batalla y mantenerse al margen de este debate durante toda la campaña electoral.

Unió, por su parte, que ha mantenido una posición firme desde el principio, iniciará hoy su propia campaña a favor del tratado constitucional de la UE. En el polo opuesto, Esquerra Republicana celebró ayer un total de 15 asambleas en Cataluña para dar el pistoletazo de salida a la campaña en contra del tratado. El conseller en cap, Josep Bargalló, reiteró en Tarragona su oposición a este tratado porque Cataluña verá "reducidas" su competencias actuales en favor de Bruselas y Madrid, informa Oriol Aymí.

En la rueda de prensa, Artur Mas aprovechó para arremeter contra el tripartito por el ritmo lento que, a su entender, imprime a los trabajos parlamentarios de redacción del nuevo Estatuto catalán. Incluso, en un comunicado posterior, Convergència acusó al Gobierno de "interferir en los trabajos técnicos del Instituto de Estudios Autonómicos" lo que origina un "retraso sustancial".