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Apuntes

Un 'teleco' de la Universitat de València, premio al mejor proyecto

La Escuela Técnica Superior de la Ingeniería recibe por segundo año el primer Premio Nacional del Colegio Oficial al proyecto final

Por segundo año consecutivo, los proyectos finales de carrera de los titulados en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universitat de València reciben el primer Premio Nacional que conceden los colegios oficiales. Este año el mejor proyecto final de carrera, según el Colegio Oficial de Ingenieros de Técnicos de Telecomunicaciones ha sido la estación meteorológica diseñada por Víctor Cebrián, que culminó la Ingeniería Técnica de Telecomunicación (especialidad en sistemas electrónicos) el pasado mes de septiembre con la lectura del proyecto final la carrera. Con una matrícula de honor por el diseño de este dispositivo que permite captar los principales parámetros atmosféricos: temperatura, humedad, presión, velocidad del viento y precipitaciones y posteriormente tratarlos en un ordenador a través de un software que también ha diseñado, se marchó a Irlanda de erasmus, a estudiar la Ingeniería en Electrónica. Allí recibió la noticia de que su estación había recibido el galardón del colegio estatal, dotado con 1.500 euros y además los premios del colegio autonómico y de la Escuela, con 300 euros más cada uno de ellos.

El catedrático Enrique Sanchis, responsable de la titulación seleccionó el proyecto de Cebrián por su calificación y por el expediente académico. El ingeniero, de 23 años, siempre se ha sentido atraído por la temperatura. "Desde hace seis años tomo las máximas y las mínimas diarias en Cheste, donde vivo. Ahora en Irlanda hago lo mismo", señala. Por eso, cuando hubo de hacer el proyecto caviló, descartó propuestas y se decantó por lo que siempre había sido su pasión. Una afición que a punto estuvo de encaminarle a la Física, para luego ser meteorólogo.

Finalmente, y tras estudiar un año Informática en la Politécnica de Valencia, optó por el área electrónica de las telecomunicaciones por la que siempre ha profesado una especial inclinación. Sin evadir que el "mundo de las telecomunicaciones sufre los altibajos de mercado", lo que provoca que de un año a otro la demanda de profesionales fluctúe, insiste en el amplio abanico laboral de un sector aplicable a la fisiología, telemática o la gestión empresarial, entre otros campos.

Lo que más le ha sorprendido de su todavía exigua estancia en el Cork Institute of Tecnology en Irlanda es la actitud de las empresas hacia la universidad a las que acuden en busca de talentos: "Realizan charlas y después ofrecen un cóctel para presentar la empresa y demandar profesionales". También preferiría que las prácticas en empresa fueran en los planes de estudios vernáculos obligatorias como en el sistema anglosajón. Allí también ha percibido la importancia de los idiomas, especialmente en una titulación cuyos estudiantes viajan para aprender idiomas y posteriormente para colocarse allí ya que los principales nichos laborales de estos titulados se hallan en las grandes urbes. Para sus futuros colegas recomienda sobre todo el dominio inglés, puesto que la mayor parte del material de esta titulación se edita en este idioma aunque cada vez más se imponen otras lenguas, como las asiáticas de los principales fabricantes.

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