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El Clínico duplica las operaciones no invasivas con radiología vascular

Una nueva técnica permite liberar arterias o despejar aneurismas

El hospital Clínico de Valencia ha duplicado la actividad de la unidad de radiología vascular intervencionista y realizar operaciones más complicadas tras la puesta en marcha hace medio año de un nuevo equipo. El jefe de servicio de radiología del hospital, Julio Palmero, presidente de la Sociedad de Radiología Vascular, destaca la importancia de la especialidad y la necesidad de que se reconozca con entidad propia.

La radiología vascular nació como un método diagnóstico en el que se empleaban equipos de rayos X, y en ocasiones ultrasonidos, para detectar problemas de obstrucción arterial que luego se intervendrían con cirugía abierta. Sin embargo, con el paso de los años, la actividad diagnóstica ha ido perdiendo peso a favor de la clínica y son los propios radiólogos los que intervienen a los pacientes.

Si hace 15 años, el 80% de la actividad era diagnóstica, actualmente, la terapéutica la ha superado hasta alcanzar ya el 60%. Los radiólogos intervencionistas se sirven de las imágenes que los equipos les proyectan a modo de mapa en tiempo real para guiar los instrumentos que introducen en el torrente sanguíneo y que deben devolver a los vasos dañados el riego adecuado. Para ello emplean cánulas que, introducidas en la femoral -a través de la ingle si se operan las piernas- o la axila -para los brazos- permiten reparar las lesiones, ya sea mediante el uso de stent, un pequeño tubo de malla de acero -del diámetro de la arteria a reparar- que se despliega cuando se sitúa en el vaso afectado y que lo mantiene dilatado; de angioplastia, unos minúsculos balones que se hinchan en la obstrucción para liberar las arterias y que se retiran posteriormente u otros métodos. Además de la red vascular periférica, esta técnica se emplea en problemas cardíacos o incluso aneurismas cerebrales, por lo que la colaboración de los radiólogos intervencionistas es muy estrecha con neurocirujanos o cirujanos cardiacos. La ventaja de estos métodos radica en que son mínimamente invasivos, de forma que el tiempo de recuperación del paciente es muy inferior a la cirugía abierta convencional, y al ser menos agresiva, se puede aplicar a enfermos con una salud más delicada.

Los hospitales La Fe, el Doctor Peset, General y el propio Clínico de Valencia, además del centro de La Ribera en Alzira, el General de Castellón y de Alicante cuentan con estos equipos. El problema, según apunta Jesús Palmero, presidente de la sociedad médica, es que la radiología vascular no está reconocida como una especialidad independiente del servicio de rayos, donde se encuadra. De ahí, el desconocimiento de esta técnica. Además, al no ser disciplina independiente, los radiólogos sólo tratan a los pacientes que les remiten otros especialistas y eso limita su campo de acción.

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