Israel relaja el cerco militar a las ciudades de Cisjordania y Gaza para facilitar el voto
Las autoridades palestinas se quejan de que los controles en Jericó y Ramala siguen intactos
El Gobierno israelí infomó que anoche empezó a levantar el asedio de numerosas ciudades palestinas de Cisjordania y Gaza para facilitar la celebración de los comicios, aspecto que los palestinos negaron que se estuviera haciendo. El repliegue de las tropas llegó con 20 horas de retraso sobre lo pactado, tras una jornada llena de polémicas y declaraciones tempestuosas en las que el Ejecutivo de Ariel Sharon llegó a amenazar con anular su compromiso de retirar las tropas durante 72 horas si persistían los ataques de los activistas radicales, lo que hubiera impedido la celebración de las votaciones.
El repliegue empezó a concretarse en la oscuridad, tras la caída del sol y el fin de la fiesta religiosa del Sabath, mientras resonaban aún claras las amenazas de Dov Weissglas, asesor del primer ministro, Ariel Sharon, quien había comunicado al ex presidente norteamericano Jimmy Carter y al ex jefe del Gobierno francés Michel Rocard, máximos responsables de los equipos de observadores internacionales que se han desplazado a los territorios para supervisar los comicios presidenciales, una seria advertencia: Israel estaba sopesando la posibilidad de no retirar las fuerzas militares.
La advertencia fue a su vez transmitida por Carter al candidato oficial palestino, Mahmud Abbas, Abu Mazen, en el transcurso de una entrevista celebrada ayer al mediodía en el cuartel general de la Mokata, en Ramala.
El aviso israelí suponía una respuesta fulminante de la Administración de Ariel Sharon a un ataque perpetrado por activistas palestinos, al norte de Cisjordania, donde el viernes por la tarde un grupo de francotiradores de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa había disparado contra un vehículo, en el que viajaban varios jóvenes, lo que causó la muerte a un soldado e hirió a otros cuatro acompañantes. A este incidente se le sumó un ataque con misiles sobre una base militar israelí en el Neguev, donde fueron heridos levemente un número indeterminado de soldados.
Asedio
El temor de nuevos incidentes había obligado a Israel a tomar sus precauciones, congelando temporalmente la orden de retirada de algunos de los puntos y accesos más críticos de los territorios palestinos, aseguraron portavoces de la Administración israelí. Estos mismos portavoces reconocieron que habían sometido a asedio un grupo de poblaciones palestinas del norte de Nablús, cerca de donde se había matado al soldado israelí.
La amenaza de suspensión de la retirada de los soldados provocó la indignación de la Administración palestina, que aseguraba que se trataba de una excusa para complicar las operaciones de voto y el libre acceso de los votantes a los colegios electorales. El ministro de negociaciones palestinas, Saeb Erekat, se lamentó de la situación y aseguró que había podido observar personalmente cómo los controles de las ciudades de Jericó y Ramala, en Cisjordania, permanecían intactos y agregó que, según sus informaciones, en otras poblaciones sucedía lo mismo.
La Comisión Electoral Central de Ramala coincidió también en estas quejas y aseguró que el cierre y el toque de queda al que se encuentran sometidos varios núcleos urbanos de la zona de Nablús había impedido a los servicios de intendencia distribuir las urnas y las cabinas electorales para celebrar las votaciones.
El pacto inicial suscrito entre las autoridades israelíes y palestinas contemplaba el compromiso de Israel de facilitar las votaciones, adoptando una serie de medidas, entre las que destacaba la retirada de las tropas de las ciudades de Cisjordania por un plazo de 72 horas a partir del sábado por la madrugada. Las zonas de las que se iban a replegar los soldados israelíes deberían haber sido ocupadas por las fuerzas palestinas, a las que, con carácter excepcional, se les permitiría durante este lapso de tiempo empuñar sus armas. Una concesión similar fue otorgada a las fuerzas de seguridad palestinas, con ocasión de la muerte y entierro del ex presidente Yasir Arafat el pasado 11 de noviembre.
La polémica quedó finalmente zanjada a última hora de la tarde, con un retraso de cerca de veinte horas sobre el horario previsto. Numerosos controles empezaron a ser levantados, el toque de queda sobre el área de Nablús, anulado, e incluso las últimas urnas y cabinas electorales pudieron llegar a sus destinos, como estaba previsto.
Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este podrán hoy votar. La maquinaria electoral está a punto; 1.077 centros, que albergan un total de 2.314 estaciones de voto, tienen que abrir sus puertas a las siete de la mañana. Cerca de 22.500 observadores, cerca de un millar de ellos internacionales, se han desplegado. Los resultados se conocerán el lunes.
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