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Crítica:DORMIR
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Arte, arquitectura y luz ambiental

HOTEL URBAN, un nuevo establecimiento 'high tech' en el centro de Madrid

Ascensores panorámicos con vídeo e información meteorológica. Ambiente monitorizado desde unos paneles regulables a pie de cama: iluminación focal para leer, tenue para ver la tele, sensorial para el baño... Arquitectura de evocación naval proa a la Puerta del Sol. ¡Por fin, Madrid se pone a jugar al arcade de la modernidad! A un paso del Congreso de los Diputados, en pleno centro, acaba de inaugurarse un hotel de vanguardismo high tech. Lo último en diseño y tecnología regresa a Madrid en vuelo directo desde Barcelona gracias al mecenazgo artístico y la solvencia patrimonial de Jordi Clos, propietario de la cadena hotelera Derby y fundador del Museo Egipcio barcelonés. Audaz en el disseny del proyecto, encargado a los arquitectos Carles Bassò y Mariano Martitegui, el arqueólogo y empresario turístico podría haberse decidido por una construcción de nueva planta más acorde con el perfil neoclásico de la carrera de San Jerónimo, pero los exégetas del buen gusto seguramente lo habrían tildado de pastiche.

HOTEL URBAN

Categoría: cinco estrellas. Dirección: carrera de San Jerónimo, 34. Madrid. Teléfono 917 87 77 70. Fax 917 87 77 99. 'Web': www.derbyhotels.com. Instalaciones: garaje con aparcacoches, salón, sala de convenciones (250 personas), terraza de verano, 'glass bar' (iluminado por abajo, con sillas transparentes), tres restaurantes. Habitaciones: 78 dobles y 18 'suites'; con baño, calefacción, aire acondicionado, teléfono, minibar, TV interactiva de pantalla plana, videojuegos, visionado de fotografías, secador, albornoz. Servicios: algunas habitaciones adaptadas para discapacitados, admite perros. Precios: habitación doble en oferta de apertura, desde 140 euros + 7% IVA; desayuno, 17 + 7% IVA. Tarjetas de crédito: American Express, Diners Club, Visa, 6000.

Arquitectura ... 8

Decoración ... 9

Estado de conservación ... 10

Confortabilidad habitaciones ... 9

Aseos ... 9

Ambiente ... 9

Desayuno ... 9

Atención ... 10

Tranquilidad ... 7

Instalaciones ... 9

Las amuras brutalistas del edificio reposan sobre una percha de hormigón culminada por una pérgola de acero y cristal en difícil equilibrio con el resto de la estructura. Una charnela al nivel de los áticos corre al encuentro de las fachadas, dejando a su espalda un sifón de escalera forrado de teselas doradas cuya instalación fue encargada a los mismos expertos del mantenimiento de la basílica de San Marcos, en Venecia, que aplicaron técnicas de láser para alinear el entramado. Pero lo verdaderamente sobresaliente del hotel es el interiorismo, acuñado por Jordi Cuenca, Kim Castells y Mercé Borrell, tanto como el impecable funcionamiento del servicio de a bordo, a las órdenes de Félix García.

Apabullante, un atrio tubular oxigena las cinco plantas del edificio bajo un tragaluz iluminado por el cielo de Madrid y a través de una columna de alabastro retroiluminado, en cálido contraste con la piedra negra de Zimbabue que lo envuelve. El glass bar, amenizado por música lounge y poblado de sillas transparentes, es un escenario rutilante para ver y ser visto, muy similar al de esos hoteles teatro puestos de moda por Philippe Starck en Londres y en Nueva York. Sólo que en este Urban madrileño el diseño queda siempre supeditado al arbitrio de la elegancia.

Tallas ceremoniales

Sobre un lucernario interpuesto entre el atrio y los salones de convenciones, apantallados con losas de cantería que muy bien inspirarían una composición de Tàpies o Beulas, se exhiben varias tallas ceremoniales de las tierras del río Sepik, en Papúa-Nueva Guinea, traídas por una expedición de arqueólogos y antropólogos catalanes durante la década de 1930. Y no sólo eso: estampados de la dinastía Ming, bronces de Osiris, bajorrelieves y ushebtis (piezas funerarias) de los faraones Ramsés II, Senkamanisken y Taharka pueblan los pasillos y comedores del hotel. Cada uno de sus dormitorios esconde además una estatuilla jémer en piedra maciza de finales del siglo XI, procedente de los templos de Angkor, o piezas budistas de las dinastías Qin y Han (221-207 antes de Cristo), fundadoras del Imperio Chino. Su valor es incalculable.

En el plano más utilitario, todas las habitaciones acreditan una holgura acorde a sus cinco estrellas, especialmente la serie 131, 231, 331, 431 y 531, y la serie 138, 238, 338, 438 y 538, cuya decoración audaz e intemporal las hará perdurables por encima de cualquier moda. Muebles de madera wengué, cabeceros de cuero, persianas y cortinas accionadas eléctricamente desde la cama, triple vía de acceso a Internet (cable, Wi-Fi y TV), monitor plano de televisión con una carta variada de películas y videojuegos al precio global de 15 euros. Y como picardía opcional, una mampara de cristal con estor veneciano separa la alcoba del cuarto de baño.

El proyecto arquitectónico del hotel es de Carles Bassò y Mariano Martitegui.
El proyecto arquitectónico del hotel es de Carles Bassò y Mariano Martitegui.FERNANDO GALLARDO

ALREDEDORES

ENTRE LA PLAZA de Neptuno y la Puerta del Sol, el Urban tiene a mano el Madrid del arte y la cultura, los monumentos, las tiendas, los cines e incluso el Congreso de los Diputados, cuya ampliación se toca en el mismo tramo de calle con el hotel. Desde la azotea, que se convertirá esta próxima primavera en una agradable terraza de copas, se obtiene una panorámica única del casco antiguo diseñado por los Austria. A diez minutos, el Teatro Real y el palacio de Oriente merecen un paseo nocturno, igual que algunas plazuelas de sus inmediaciones, como las de Ramales, San Ginés, Reales Descalzas, San Nicolás, sin mencionar la importante plaza Mayor. Para ir de compras, la calle de Preciados hasta la Gran Vía. Y de copas, la zona de Huertas y la plaza de Santa Ana.

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