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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Más Constitución

El ministro de Defensa, José Bono, reivindicó ayer, con motivo de la Pascua Militar, la identificación de las Fuerzas Armadas con la Constitución incluyendo el papel que dicha norma les atribuye. En pleno debate sobre el desafío soberanista planteado por el nacionalismo vasco, el Rey, como ya hiciera en su discurso institucional de fin de año, hizo un llamamiento en favor de preservar "el espíritu integrador" de la Constitución, a la que debemos, dijo, "años de armónica convivencia". El presidente Zapatero informó de que recibirá al lehendakari el próximo jueves para transmitirle las razones para rechazar su plan.

El tono patriótico habitual en la conmemoración había girado en los últimos años en torno al terrorismo. Bono invocó la memoria de las víctimas de los atentados del 11-M y cuantas les precedieron, con un especial recuerdo para los 295 militares y guardias civiles asesinados por ETA. Pero este año fue sobre todo la sombra del plan Ibarretxe lo que sobrevoló en las menciones habituales a la unidad de España. Menciones no estridentes, pero firmes. Remedando una famosa frase del entonces presidente del Congreso tras el fracaso del golpe del 23-F, Bono proclamó que hoy "decir más España es decir más libertad, menos fronteras entre nosotros y más Constitución".

En las semanas anteriores a la aprobación del plan Ibarretxe se ha destilado desde sectores nacionalistas la idea de una excepcionalidad española en relación al papel del Ejército. Sin embargo, la misión que la Constitución atribuye a las Fuerzas Armadas ("garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional") es similar a la que contemplan otras constituciones europeas, empezando por la francesa, y coincidente con la que asumen en la práctica los ejércitos de los países democráticos como expresión de su supeditación al poder civil. Es en los países no democráticos donde, en lugar de la defensa de esos principios, es primordial la misión de control del orden público.

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Defender el ordenamiento constitucional supone hoy y aquí defender la España autonómica, incluyendo la posibilidad de reformas compatibles con los valores esenciales de libertad, igualdad de derechos de los ciudadanos y respeto del pluralismo político. Lo que está planteado y que en breve resolverán los representantes de la soberanía popular, incluyendo los diputados vascos de todos los partidos representados en las Cortes, es si la propuesta del lehendakari aprobada por el Parlamento vasco es compatible con esos principios. Y eso es lo que el presidente del Gobierno tendrá que decir con toda claridad al lehendakari Ibarretxe cuando, el próximo jueves, lo reciba en La Moncloa.

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