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Los vecinos de Irak intentan movilizar el voto de los suníes en las elecciones

Los países árabes respaldan en una cumbre en Ammán la fecha prevista para las elecciones

Ángeles Espinosa

Los vecinos de Irak respaldaron ayer en Ammán que ese país celebre sus primeras elecciones de la era posterior a Sadam Husein el próximo día 30 como estaba previsto, e hicieron un llamamiento para que participen "todos los iraquíes". Su declaración cerró varios días de especulaciones sobre un posible retraso de los comicios legislativos. Pero las palabras escogidas del comunicado final dejaban traslucir la preocupación de los vecinos árabes, mayoritariamente suníes, por el futuro de esa comunidad en Irak, donde es minoritaria.

"Esperamos que todas las partes encuentren la vía para expresarse dentro de un Irak unido, rico en su herencia árabe, tal como lo hemos conocido en nuestra historia", manifestó el ministro jordano de Asuntos Exteriores, Hani Mulki, ante los representantes de Turquía, Irán, Kuwait, Arabia Saudí y Siria, además de Egipto, Bahrein y la ONU. Esa referencia a la "herencia árabe" subrayaba el temor de los vecinos árabes de Irak a que de los comicios salga un Gobierno exclusivamente chií. El peso numérico de esa comunidad (a la que pertenece un 60% de los iraquíes) puede verse agrandado con el anunciado boicoteo a las elecciones por parte del principal grupo político suní, el Partido Islámico.

El hecho de que la violencia se concentre principalmente en las zonas suníes de Irak hace casi imposible su participación. De hecho, en la provincia de Al Anbar el número de inscritos para las elecciones es tan bajo que la Comisión Electoral ha autorizado que el registro se lleve a cabo el mismo día de la votación. Los vecinos árabes de Irak, ninguno de los cuales tiene un sistema electoral homologable, temen que los comicios conduzcan a la fragmentación del país. "Preservar las fronteras de Irak es el principal objetivo para asegurar su estabilidad y evitar que sigan aumentando los problemas", insistió Mulki.

El borrador inicial, redactado por los anfitriones jordanos, preveía incluir un llamamiento a que los vecinos "no se inmiscuyan en los asuntos internos de Irak, incluido el proceso electoral". Sin embargo, Irán y Siria mostraron su desacuerdo con ese punto por entender que la sola mención daba por hecho que existía dicha injerencia, según explicaron fuentes jordanas. En los últimos meses, tanto el primer ministro provisional iraquí, Ayad Alaui, como el Gobierno de Estados Unidos y otros de la zona han acusado a esos dos países de interferir en los asuntos internos de Irak.

En una reciente declaración, el rey Abdalá de Jordania llegó a acusar a Irán (país de mayoría chií) de intentar "instaurar una república islámica en Irak", e incluso se hizo eco de un rumor que asegura que un millón de iraníes han cruzado las fronteras de Irak para participar en las elecciones. Sus palabras, que repetían en alto la convicción de la mayoría de los países árabes, provocaron un gran malestar entre las autoridades de la República Islámica, que optaron por rebajar su representación en la reunión de Ammán.

"Ha habido acusaciones de que mi país interfiere en los asuntos internos de Irak. Rechazo categóricamente dichas acusaciones y considero que reflejan un malentendido de la realidad o una mentalidad sectaria del pasado que no debiera tener cabida en el Irak del futuro", declaró ayer con contundencia el jefe de la delegación iraní, el viceministro Gholam Alí Joshru. Aunque la reunión se celebró a puerta cerrada, miembros de su equipo se encargaron de distribuirla a la prensa.

Se da la paradoja de que Irán coincide plenamente con Estados Unidos en la necesidad de respetar el calendario electoral establecido en la resolución 1546 de Naciones Unidas. "Los iraníes saben que sea quién sea el ganador, van a salir beneficiados", señala un encargado de negocios occidental en Ammán. Tal vez por ello no veían la necesidad de esta reunión. "Si acaso debiera celebrarse después, para mostrar nuestro apoyo al Gobierno que salga de las elecciones", declaró a este diario una fuente diplomática iraní.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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