El Archivo Real muestra la fotos históricas de Diego de Quiroga sobre el Camino de Santiago
Las 96 imágenes pertenecen a la valiosa colección adquirida por el Gobierno navarro
A sus 80 años, Diego de Quiroga y Losada, marqués de Santa María del Villar, vivía en Miraconcha. Estaba arruinado y pagaba un alquiler barato cuando el navarro Francisco Javier Beúnza lo conoció. Aquel encuentro fue el germen de una amistad personal y la llave para que llegara a Navarra una de las más valiosas colecciones fotográficas españolas del siglo XX sobre los tesoros artísticos y naturales del país. El Archivo Real de Navarra exhibe hasta mayo de 2005, y como colofón del año jacobeo, una selección de 96 imágenes históricas del Camino de Santiago tomadas por el marqués.
Las fotografías de Diego de Quiroga y Losada, marqués de Santa María del Villar (Madrid, 1880-San Sebastián, 1976) son una auténtica joya. No sólo la calidad de sus clichés, negativos y placas de vidrio, ni tampoco la excepcionalidad de reproducir monumentos, espacios y elementos patrimoniales que en ocasiones ya no existen lo que la hace única, sino la vastedad de los fondos acumulados a lo largo de toda una vida de viajes e interés por divulgar el inagotable atractivo de la península ibérica.
Cuando en 1927 su amigo el rey Alfonso XIII le propuso presidir el recién creado Patronato Nacional de Turismo, Quiroga declinó la oferta y permaneció fiel a su único interés, ser un pionero de la fotografía turística y un promotor de sus infraestructuras. El marqués alentó la construcción del primer parador nacional, el edificado en Gredos (Ávila).
La corriente fotográfica pictorialista, liderada por Ortiz-Echagüe, estaba en pleno auge, pero el marqués de Santa María del Villar la abandonó pronto para centrarse en una fotografía inmediata, naturalista, de gran interés etnográfico y documental. Cacerías, exhibiciones automovilísticas, paisajes, monumentos o regatas quedaron reflejados en sus imágenes fotográficas.
Jorge Latorre, profesor de la facultad de comunicación de la Universidad de Navarra y experto en la obra del fotógrafo, recuerda que nunca trabajó con vocación artística sino divulgativa de una riqueza natural y cultural entonces demasiado olvidada que en muchas ocasiones fue restaurada gracias al conocimiento de su estado que proporcionó Diego de Quiroga.
De las 120.000 fotografías de sus fondos, más de 75.000 se perdieron cuando su laboratorio de Madrid fue destruido en 1936. Tras la guerra, se trasladó a vivir a San Sebastián y trabajó como fotógrafo durante veinte años dirigiendo lo que el franquismo denominó Departamento Fotográfico de Regiones Devastadas.
Almadías navarras
En 1947 el vecino de Sangüesa Javier Beúnza vio una foto de las almadías navarras tomada por el marqués en la revista Estrella de Mar, y años después, en 1960, siendo profesor de los Marianistas de la capital guipuzcoana, tuvo entre sus alumnos a un sobrino de Diego de Quiroga, que le puso en contacto con su tío.
Beúnza se convirtió en amigo del marqués y éste comenzó a regalarle parte de sus fondos, mientras el sangüesino le compraba a Quiroga otra parte para aliviar sus penurias económicas y le organizaba exposiciones.
Así fue como formó una colección de 702 placas de vidrio, 1.916 fotografías en papel y 11.086 negativos, que en 2000 vendió al Gobierno de Navarra por doce millones de pesetas. La transacción tuvo el interés añadido de garantizar su adecuada conservación.
La carpeta del Camino de Santiago, ruta que el marqués recorrió en múltiples ocasiones en coche, a pie y en bicicleta a lo largo e su vida, está formada por 140 imágenes de todas las regiones que atraviesa, de las que se muestran 96 distribuidas por las galerías medievales del Palacio de los Reyes de Navarra transformado por Rafael Moneo en un moderno archivo.
Un CD con toda la carpeta ha sido editado por el Gobierno de Navarra, que acompaña la exposición con una colección de postales antiguas que reproducen algunas de las fotografías.
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