Todo sobre Internet

Hablar por teléfono es tan habitual como respirar. Sin embargo, hay muchas formas de hablar por teléfono, y no sólo me refiero a los móviles, sino a las siglas de moda: VoIP o voz sobre IP. Técnicamente se trata de la trasmisión de voz utilizando redes de conmutación de paquetes siguiendo el Protocolo de Internet (IP), pero, a riesgo de que los más puristas me tachen de "simple", podemos decir, para entendernos, que se trata de hablar por teléfono a través de Internet. Por compleja que sea la tecnología, lo que interesa es saber que, gracias a ella, se podrá hablar con la misma calidad, a mejor precio y con más prestaciones.

Para entendernos, la información, en este caso la voz, se digitaliza y se convierte en paquetes que se transmiten a través de la Red. Cada paquete de información sigue un camino independiente con una dirección de destino. Cuando estos paquetes (bits de información) llegan al receptor, se reagrupan y permite reconstruir la secuencia de voz. Todo este proceso debe realizarse con un retardo inferior a los 150 milisegundos (ms) para que la comunicación se realice de forma fluida. Retardos superiores darían lugar a defectos en la audición, esa molesta sensación de eco.

Con la VoIP se podrá hablar por Internet con la misma calidad, a mejor precio y más prestaciones

En principio, la tecnología es tan antigua -o novedosa, según se mire- como Internet, pero no ha sido hasta la expansión de la banda ancha cuando se ha empezado a percibir como una opción viable y sustitutiva a medio plazo de la telefonía convencional. Además, la VoIP ha mejorado sustancialmente. Los retardos son inferiores a los 150 milisegundos y la pérdida de paquetes, inferior al 3%. La conjunción de estos dos factores -por un lado la implantación de anchos de banda adecuados y por otro la disminución de los retrasos extremo a extremo- permiten hoy por hoy una alta calidad en la transmisión, en muchos casos similar a la telefonía tradicional.

En la actualidad aún son pocos los usuarios de soluciones de VoIP. Según algunas estimaciones, durante el año 2003 en España sólo se cursaron unos cien millones de minutos de VoIP, lo que representa menos del 0,1% de la totalidad de las trasmisiones de voz.

Las estimaciones prevén que, en un plazo de entre cinco y diez años, la convergencia fijo-móvil sobre Protocolo IP -es decir, la migración hacia redes que operen utilizando Protocolo de Internet (all over IP)- sea un hecho. Sin embargo, y con la experiencia acumulada sobre otras tecnologías cuyas siglas se han perdido en el olvido, que la VoIP pase a convertirse en una killer application, esa función que por su sencillez y precio pasa a formar parte de nuestra vida diaria, dependerá de factores que hoy son difíciles de predecir. Lo que es indiscutible es que, hoy por hoy, se dan las condiciones objetivas para que su despegue sea inminente, se percibe que estamos alcanzando el tipping point, ese punto en el que una tecnología deja de ser usada sólo por una minoría y se convierte en un producto de gran consumo.

Por simplificar los aspectos tecnológicos más complejos se puede decir que la VoIP viene a sustituir a la telefonía convencional a través de la red telefónica conmutada, en donde se establece una asignación permanente de circuitos que quedan dedicados en exclusiva durante el tiempo que dura la comunicación. Hay que indicar que la telefonía tradicional ha evolucionado mucho desde sus comienzos y la conmutación de circuitos es más virtual que física. En este contexto, gracias al desarrollo de soluciones de VoIP se puede hablar de la convergencia de redes hacia una única que permita la trasmisión simultánea de voz y datos, con el consiguiente ahorro para los usuarios.

En las próximas semanas o meses se dará el pistoletazo de salida y empezaremos a ver campañas de televisión y ofertas sorprendentes de servicios de VoIP, pero su éxito o fracaso no dependerá de las siglas, ni siquiera la tecnología, sino de las ventajas que el usuario final perciba. En definitiva, usted tendrá la última palabra para incorporar una nueva tecnología a su vida diaria.

José Manuel Cerezo es analista de la Fundación Auna.