El referéndum en Francia sobre la Carta Magna europea será antes del verano
El presidente francés, Jacques Chirac, en su tradicional mensaje de fin de año, anunció que el referéndum para ratificar la Constitución europea deberá celebrarse "antes del verano". Chirac obvió toda referencia a la reciente polémica francesa sobre la conveniencia de abrir negociaciones con Turquía con vistas a una futura integración en la UE y aseguró: "Aprobando la Constitución europea, permitiréis que sea más democrática, tenga más voluntad y mayor potencia. Haréis que la UE sea capaz de progresos sociales y económicos más rápidos".
Hasta ahora Chirac se había mostrado partidario de aplazar el referéndum hasta el otoño, pero la experiencia del Tratado de Maastricht, en 1992, en torno al cual se desarrolló una campaña demasiado larga que a punto estuvo de asfixiar al sí, y la opinión de que podrá beneficiarse del resultado del referéndum español en febrero, que se espera afirmativo, han aconsejado el cambio de calendario.
La consulta popular tiene también su lectura desde una perspectiva de política interior y sin duda determinará la vida del muy desprestigiado Ejecutivo presidido por Jean-Pierre Raffarin. Chirac dibujó un nuevo horizonte gubernamental que exige la cuadratura del círculo: "Proseguir la reducción de la presión fiscal relativa al IRPF, aumentar el salario mínimo y controlar el gasto público" figuran en la lista de deseos chiracquianos para 2005, que se completan con una reforma de la semana laboral de 35 horas para "permitir que aquellos que quieren ganar más, trabajen más".
El mensaje del presidente de la República se abrió con un homenaje a las víctimas del maremoto en Asia, homenaje acompañado de dos iniciativas: una moratoria respecto a la deuda que alcanzaría a todos los países damnificados por el desastre y la propuesta de creación de "una verdadera fuerza humanitaria de reacción rápida" capaz de intervenir en caso de catástrofe natural, "como los cascos azules lo hacen para salvaguardar la paz". Chirac indicó que Europa y la ONU deben tomar una iniciativa al respecto.
Las palabras del mandatario francés fueron muy criticadas por quienes defienden el no a la Constitución. El conservador Philippe de Villiers constató que "se habla de una Europa más democrática cuando la Constitución pone fin a las democracias nacionales", mientras el ultraderechista Jean-Marie Le Pen comentó que Chirac "se atreve a hablar de una Europa apoyada en las naciones cuando Bruselas está destruyéndolas".
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