_
_
_
_
Petronila Martínez y su hija Belkis John | EL NUEVO REGLAMENTO DE EXTRANJERÍA

Un visado para volver

Petronila Martínez tiene 49 años y la esperanza de que pronto se desvanezca la tristeza que le "agarra" por no poder salir de España. Abandonó su país, la República Dominicana, hace cuatro años. Pero no lo hizo por buscar una vida mejor. "Me vine por mi hija, para ayudarla a criar a mis nietos. Pero dejé allí a otros tres hijos, a mi madre y mis hermanas", cuenta. "Y yo es que soy muy apegada. A veces me da una tristeza...". Su primogénita, Belkis John, lleva ya 14 años viviendo en San Sebastián. Y aunque hoy está separada, aún se encuentra legalmente casada con un donostiarra. Por eso Petronila pensó que sería fácil conseguir los papeles y vivir a caballo entre España y Santo Domingo. Pero no. Hoy sigue siendo "ilegal". "Hasta ahora", dice satisfecha, "porque mi hija me va a contratar".

Más información
Una oportunidad para 800.000 inmigrantes

Belkis, de 31 años y madre de tres hijos con pasaporte español, abrió en pleno centro de San Sebastián hace poco más de un mes Txoko Latino, una tienda que vende desde salami dominicano a pisco peruano o café brasileño. "A ver si tenemos suerte y a mami le dan los papeles, porque ésta es una tienda especial de productos latinoamericanos y aquí no puedo emplear a cualquiera. Tiene que saber que los molondrones [un tipo de verdura] son para hacer ensalada... ".

Belkis aguarda con impaciencia la entrada en vigor del Reglamento, aunque también con escepticismo: "Ver para creer", dice. "Yo también he llorado lágrimas de sangre por los documentos". Quiere que su madre vuelva a ser libre y que desempeñe un empleo más liviano. Porque Petronila, que ha trabajado en el servicio doméstico, es ayudante de cocina en un restaurante. En todo caso, los papeles suponen para ella, sobre todo, un visado emocional, un pasaporte para volver a casa a ver a los otros suyos.

Belkis John posa junto a su madre, Petronila Martínez, ante la tienda que regenta en la capital donostiarra.
Belkis John posa junto a su madre, Petronila Martínez, ante la tienda que regenta en la capital donostiarra.PABLO SÁNCHEZ
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_