Ibarretxe insiste en que someterá a consulta su plan aunque no sea aprobado por las Cortes
La Diputación de Álava advierte de que se replanteará la vinculación a Euskadi si hay "ruptura"
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, aprovechó su mensaje de fin de año para alabar su proyecto de nuevo Estatuto, aprobado el día anterior por el Parlamento vasco gracias a tres votos de Batasuna, e insistir en que el camino abierto culminará en una consulta a la sociedad vasca sobre el texto, aunque no sea aceptado por las Cortes Generales, como exige la legislación. La Diputación de Álava, que gobierna el PP, advirtió ayer a los partidos que impulsan el plan Ibarretxe de que este territorio foral puede replantearse su vinculación a la comunidad autónoma "si hay una ruptura del marco estatutario" de 1979.
El lehendakari evitó referirse a las próximas elecciones vascas en su "último mensaje navideño de la presente legislatura", pero su contenido tuvo un inequívoco aire electoralista, como criticó el coordinador de Aralar, Patxi Zabaleta. Agradeció Ibarretxe la "madurez", "comprensión", "serenidad y esfuerzo" de los vascos, y aseguró: en este cuatrienio "hemos sentado las bases de futuro de nuestro país". Pese a resaltar que Euskadi vuelve a estar "a la cabeza del Estado en renta por habitante" y ha alcanzado su nivel más alto de ocupación laboral, precisó que esta legislatura "pasará a la historia" por haber puesto, con la Propuesta de Nuevo Estatuto Político, "la primera piedra para desbloquear el problema vasco".
"Hemos tomado las riendas de nuestro futuro, y no vamos a dejar que ni la violencia ni la intolerancia nos arrebaten nuestro futuro", proclamó Ibarretxe, antes de destacar que el proyecto obtuvo "la mayoría absoluta" requerida por el artículo 46 del Estatuto de Gernika y referirse de pasada al respaldo decisivo aportado por tres parlamentarios de un partido ilegalizado, Batasuna, y que rehúsa desmarcarse de ETA. "No voy a ser yo quien ponga en duda la legitimidad de los apoyos recibidos", señaló, asegurando que no lo habría hecho si Arnaldo Otegi y sus cinco compañeros hubieran unido sus votos a los del PSE y PP para rechazar el proyecto.
Recordó su contacto telefónico del jueves con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para solicitarle "la apertura de un proceso de negociación política" sobre el nuevo Estatuto propuesto, y reiteró que aquél culminará en una consulta al sociedad vasca, ya sea para ratificar "el acuerdo alcanzado" en las Cortes o, en su caso, "el proyecto aprobado por mayoría absoluta en el Parlamento vasco". Este segundo supuesto colisiona con el procedimiento fijado en el Estatuto de Gernika para su reforma y, tras el sorprendente pleno del día 30, se presenta como el principal resorte político en manos de Ibarretxe. También repitió que dicha consulta (la no autorizada por el Gobierno central, se entiende) se celebrará "en ausencia de violencia".
Las víctimas del terrorismo no tuvieron un espacio específico en el mensaje del lehendakari, más allá de una referencia genérica vinculada también a "torturas" y la "dispersión" [de los presos de ETA] y de exigir a la banda terrorista que "desaparezca". Ibarretxe calificó 2005 de "un año fundamental", que abre "una maravillosa oportunidad". "¡Y la tenemos que aprovechar", enfatizó. La alocución del lehendakari recibió severas críticas por parte de la oposición (PP, PSE y Unidad Alavesa), mientras que el presidente del PNV de Vizcaya, Iñigo Urkullu, la calificó de "histórica".
Por su parte, la Diputación de Álava aprobó ayer una declaración institucional tras la aprobación del proyecto de nuevo Estatuto, en la que se subraya que éste "no cuenta con el apoyo de las instituciones del territorio histórico ni de la mayoría social de los alaveses". El Gobierno provincial, que gestiona en minoría el PP y fue la primera institución en llevar el plan Ibarretxe a los tribunales, censuró que el proyecto niegue los derechos históricos que la Constitución reconoce a Álava como territorio foral y que, además, se haya aprobado con los votos de un grupo ilegalizado. En este punto, el documento, que leyó el diputado general, Ramón Rabanera, solemniza anteriores advertencias al nacionalismo de que, en el caso de que avance en la "ruptura del pacto constitucional y estatutario", Álava también se considerará libre para "decidir su futuro político", al margen de la decisión tomada en 1979 para integrarse en la comunidad autónoma a través del Estatuto de Gernika.
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