Problemas con la justicia
Un auténtico infierno astral pareció desatarse sobre Vanderlei Luxemburgo en 2000, cuando parecía haber alcanzado la cúspide. La justicia brasileña abrió varias causas contra él apoyándose en el testimonio de Renata Alves, antigua secretaria del técnico que se declaró su amante y vertió graves acusaciones contra él: desde evasión fiscal hasta cobros de comisiones por mediar en traspasos o revalorizar jugadores llamándoles para la selección.
Acosado por sus problemas judiciales, que a punto estuvieron de llevarle a prisión -fue condenado a cinco años en primera instancia- y que acabaron en cuantiosas multas, Luxemburgo se convirtió en un personaje satanizado.
El fracaso de la selección brasileña en Sidney 2000 -eliminada en los cuartos de final por un Camerún con nueve jugadores- no fue más que un drama más. Luxemburgo fue destituido y aún tuvo que enfrentarse a otro escándalo: la policía le acusó de falsedad en documento oficial por haber alterado su fecha de nacimiento. Había nacido en mayo de 1952 y no de 1955 como rezaba en su carné. Una diferencia de tres años que le habría beneficiado en su carrera de jugador en los juveniles del Botafogo y el Flamengo. En 2001 el juez le obligó a cambiar en sus documentos no sólo la fecha de nacimiento, sino también el nombre: volver al original, Vanderlei, en vez del Wanderley que usaba desde la falsificación.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.