Nevadas e infraestructuras, 2

Me gustaría comentar un aspecto que no se ha tenido en cuenta a la hora de analizar las repercusiones que sobre el tráfico tuvo el temporal de nieve el pasado 26 de diciembre en la mitad norte de la Península.Sin entrar en si la respuesta de todos los agentes implicados fue la adecuada, algo sobre lo que todos nuestros políticos ya se han pronunciado (en muchos casos para demostrar su absoluto desconocimiento del tema), sí me gustaría destacar la práctica ausencia de alternativas a la carretera N-I, que es la que mayores problemas tuvo y que une Madrid con Irún, pasando por Burgos. Dicha carretera vertebra una gran parte del tráfico hacia el norte de la Península y hacia Francia, disponiendo únicamente de dos carriles por sentido y con un trazado bastante peligroso, en su mayor parte heredado de la antigua carretera a la que en su día se añadieron dos carriles más.Tomemos un trayecto como Madrid-Bilbao (400 kilómetros). En automóvil nos lleva 3 horas y 20 minutos a velocidades legales, pero ¿y en tren? Nada más y nada menos que seis horas y media. Cuando el viajero del tren llegue a Bilbao, al que fue en coche ya le ha dado tiempo a volver a Madrid. Si a eso añadimos el lamentable estado de los talgos que realizan dicho trayecto, ¿habrá algún incauto que no se decida a circular por la N-I en su coche? En mi opinión, sería bueno almenos cuestionar la prioridad que se da a otros proyectos ferroviarios como el AVE Madrid-Valencia, que permitirá realizar dicho trayecto en hora y media -una hora menos que en coche-, cuando ya se dispone de un moderno tren (Alaris) que lo hace en tres horas y media. No soy tan retorcida como para pensar que los dos grandes partidos tienen poco que ganar electoralmente en el País Vasco y sí mucho que perder en otras regiones de España. Tampoco lo soy para pensar que la ausencia de incidentes por la nieve en las carreteras de Navarra y el País Vasco se deba a que tengan transferidas las competencias de tráfico.