Los casos de violencia racial aumentaron en Francia en 2004
El Ministerio del Interior francés ha admitido, a partir de estadísticas hechas públicas esta semana, que en el presente año el país ha conocido un incremento de caos de violencia y amenazas racistas. En 2003 el número actos que mereció tal calificativo fue de 112, mientras que durante el que ahora se acaba se han producido 194 hechos en los que el motor del gesto delictivo ha sido el odio racial. La única nota positiva de esos datos hay que buscarla en que el último trimestre del 2004 ha conocido, respecto al mismo período de 2003, una disminución del citado tipo de criminalidad del orden del 5%.
Aunque París y su región sigue siendo la zona de Francia donde más incidentes raciales se dan -un 70%-, también lo es que en ese lugar vive casi el 20% de la población y es donde lo hace en condiciones que hacen más visibles los problemas entre las poblaciones de distintos orígenes.
En cualquier caso ha sido en la isla de Córcega donde la progresión del racismo ha sido más inquietante, pasándose de 15 denuncias en 2003 a 107 en 2004, en buena parte debidas a las actividades de un grupo ya desarticulado, los Clandestini Corsi, que han hecho de la expulsión de la ciudadanía de origen magrebí una cuestión prioritaria.
Iglesias y sinagogas
Algunos de esos atentados han sido de una violencia extraordinaria y si no se han producido víctimas mortales se debe más a la fortuna que a la falta de voluntad de los criminales, que ametrallaron una mezquita cuando los fieles estaban rezando en su interior, o intentaron hacer explotar cinco kilos de nitrato mientras 119 emigrantes dormían en una residencia especial. En los dos casos, como en el lanzamiento de una botella de ácido el pasado lunes, la suerte ha querido que nadie muriese y que los heridos los sean de carácter muy leve.
Respecto a las profanaciones de los lugares de profunda significación religiosa no está de más observar como, a pesar del eco infinitamente mayor obtenido por los atentados contra sinagogas o cementerios judíos en los medios de comunicación, han sido los lugares de confesión cristiana los más perjudicados -92 profanaciones en total -, mientras judíos (31) y musulmanes (28) compartían casi el segundo lugar en esta clasificación de la vergüenza.
Todos esos datos vienen también a relativizar la eficacia de la gestión de Nicolas Sarkozy al frente de la policía durante su etapa como ministro del Interior francés.
Sarkozy, que asumió después la cartera de Economía y ahora preside la principal formación conservadora en el poder, el partido del presidente Jacques Chirac, Unión por una Mayoría Popular, gozó de gran protagonismo en los medios de comunicación por sus repetidas invocaciones a una necesaria "tolerancia cero" ante el delito de índole racial.
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