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Reportaje:

Noticias de la 'zona roja'

Una serie del 33 documenta la resistencia republicana durante la Guerra Civil en Cataluña, el País Valenciano y Baleares

Descender al refugio antiáereo de la plaza de Tetuan de Barcelona, en 2004, no es nada cómodo: hay que colarse a través de un agujero de alcantarilla y bajar por una escalera empotrada en la húmeda pared hasta hacer pie, unos cinco metros bajo el nivel de la calle. Pero la pequeña aventura urbana bien vale la pena. Allí, en el subsuelo, no cuesta dejarse transportar hacia atrás en el tiempo, hasta los años de la Guerra Civil, cuando los vecinos de los edificios aledaños acudían a este subterráneo para protegerse de las bombas fascistas sin necesidad de tener que escurrirse a través del boquete en el asfalto, sino simplemente bajando unas decenas de amplios peldaños. Porque este refugio era, y sigue siendo, uno de los más grandes y sólidamente construidos (con hormigón armado) con supervisión de la Junta Local de Defensa Pasiva de la ciudad. El histórico lugar, que lamentablemente no está abierto al público, fue elegido ayer por el equipo de la serie del 33 Zona roja para presentarla, por ser un vestigio claro de la resistencia republicana, en este caso de la población civil, de la ciudad.

En el refugio, capaz de resistir la caída de bombas de hasta 500 kilos,, colgadores para ropa que se sujetan milagrosamente con clavos oxidados, bancos y puertas de madera carcomidos, viejos urinarios -ahora sellados-, fregaderos y tuberías de agua cubiertas de herrumbre se convierten en huellas valiosísimas de la contienda que Zona roja, que se estrenará el próximo 12 de enero, documenta con imágenes.

Los telespectadores del canal autonómico ya tuvieron ocasión de ver los seis primeros capítulos de la serie en junio y julio de 2003; pero ahora, según el director y realizador de la misma, Felip Solé, el trabajo se completa y adquiere sentido cronológico, con cinco episodios más que abordan la Guerra Civil desde la óptica de la resistencia roja en las islas Baleares -excepto Menorca, zona nacional desde los inicios de la contienda- y el País Valenciano, "donde acabó la guerra". "Lo que hemos intentado con la serie", resumió Felip Solé, "es reflejar un mundo que desapareció, arrastrado por la victoria fascista". El director de TV-3, Francesc Escribano, añadió que la serie "no glorifica ni mitifica la zona roja, sino que busca mostrar sus claroscuros".

Zona roja se nutre, según su director, de abundante material de archivo, "desenterrado" gracias a una intensa labor de investigación, así como de testigos, a los que se ha situado en los lugares en los que sucedieron los hechos que evocan. "Esta apuesta ha sido muy interesante, porque hemos podido palpar y sentir la historia que nos cuentan", comenta.

El recorrido de la serie arranca con la tensión vivida en el centro de la ciudad de Barcelona y algunos barrios tras el estallido de la Guerra Civil, en julio de 1936, y la llamada de las autoridades locales a la defensa de la República, y finaliza, tres años después, con la huida de civiles y soldados republicanos justo antes de que el puerto de Alicante, última zona roja, fuera ocupado por las tropas de Franco.

Felip Solé destacó, como novedad, lo relatado en algunos de los episodios dedicados a Baleares y el País Valenciano. Así, recordó, Mallorca vivió un terrible experimento, que ejecutó el denominado conde Rossi, enviado por Mussolini, que intentó aplicar en la isla los mismos fundamentos fascistas que en Italia. "La Guerra Civil en Baleares no es un tema demasiado estudiado, pero nos hemos encontrado con que hubo resistencia, por ejemplo, a través de emisoras clandestinas y miles de pequeños actos revolucionarios", apuntó. En cuanto al País Valenciano, la serie documenta el papel de "retaguardia republicana" de la capital. Y filma material inédito hasta ahora, como fichas policiales. También exhibe imágenes contextualizadas de ejecuciones en Badajoz y Málaga tras ser ocupadas por las tropas franquistas.

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