Blair convoca una cumbre en Londres para apoyar la democracia palestina
La conferencia tendrá lugar en marzo próximo sin la participación del Gobierno israelí
El primer ministro británico, Tony Blair, promotor de la conferencia de Londres, se reunió ayer en Jerusalén con su homólogo israelí, Ariel Sharon, y poco después, en la ciudad cisjordana de Ramala, con el candidato favorito para ganar las elecciones palestinas, Mahmud Abbas (o Abu Mazen, como le llaman aquí). El objetivo es que la cita londinense, prevista en marzo y que nace muy limitada en sus miras, impulse la democracia palestina y ayude a resucitar la Hoja de Ruta, el último plan de paz para una zona sin paz desde hace 56 años.
El caminar de Blair por el patio de la semiderruida Mukata -sede de la Autoridad Nacional Palestina (ANP)- fue teatral y simbólico. Conducido por Abu Mazen, se encontró ante la tumba del fallecido Yasir Arafat, inclinó la cabeza en señal de respeto (gesto hacia los palestinos, que lo consideran un héroe) y segundos después continuó sin prolongar en exceso su presencia ante el túmulo (gesto hacia Sharon, que consideraba a Arafat un terrorista).
El primer ministro británico, llegado desde el avispero iraquí, aterrizó en otro escenario complejo. Su objetivo era garantizarse el éxito de la reunión de Londres (será de ministros de Exteriores) y que distará de ser un Madrid-2. Sharon dio su consentimiento, aunque Israel no acudirá, cuando Blair le garantizó por carta que no será similar a la celebrada en la capital de España en 1991. "Nuestra presencia era opcional y hemos decidido no ir", dijo un asesor de Sharon al diario Jerusalem Post.
Blair lanzó ayer un único mensaje, pero pronunciado con las palabras que cada uno quería escuchar. Dijo que Londres era una oportunidad para resucitar el plan de paz auspiciado por la UE, EE UU, Rusia y la ONU, la Hoja de Ruta, y que por ahora es papel mojado. A los palestinos les habló de un futuro "Estado viable", sin dar fecha, y a los israelíes de la necesidad de acabar con el "terrorismo".
"Mi propósito no es sólo tener una reunión o una conferencia", dijo Blair, "mi objetivo es ayudar a la Autoridad Palestina". Y para ello esbozó una miniruta de cinco puntos: "El primer paso es nuestro apoyo a la solución de dos Estados: uno palestino independiente y viable y otro israelí convencido de su seguridad; el segundo, la elección de un presidente palestino en unos comicios justos (9 de enero); el tercero, ayudar a los palestinos a desarrollarse política y económicamente; el cuarto, el desenganche de Gaza, y quinto, el regreso a la negociación y la Hoja de Ruta". Eso sí, puntualizó que no se trata de un nuevo plan.
Abu Mazen no escondió diferencias. Dijo que su objetivo es "el final de una ocupación que comenzó en 1967, la creación de un Estado palestino y hallar una solución para los refugiados". "Hay negociaciones en marcha para lograrlo. Queremos recuperar el tiempo perdido", dijo. "Esperamos que los israelíes congelen la ampliación de los asentamientos, detengan la construcción del muro y liberen a los presos palestinos
[en breve saldrán 165 de los 7.000 existentes]. Todo eso crearía las condiciones adecuadas".
Antes de viajar a Ramala, Blair se reunió en Jerusalén durante dos horas con Sharon. En una comparecencia conjunta dijeron que acabar con el terrorismo era una precondición para un proceso de paz. "No va a haber éxito en las negociaciones sin el final del terror", dijo Blair.
Sharon relajado
A su vera, un Sharon relajado y sonriente insistió en que llevará adelante su programa de desenganche de la franja de Gaza, a pesar de las amenazas de los colonos judíos de iniciar una campaña de desobediencia civil. También dijo que si las nuevas autoridades palestinas actúan contra el terrorismo, será posible moverse hacia la Hoja de Ruta. El primer ministro israelí dio la bienvenida a la idea de la conferencia en Londres para ahondar en las reformas palestinas, y confirmó que su Gobierno no asistirá. Blair dejó claro que la reunión no será una conferencia de paz e hizo suya la frase de Sharon: sólo un paso para preparar a los palestinos para el desenganche de Gaza y para que la ANP se democratice, mejore sus servicios de seguridad y emprenda reformas económicas (fin de la corrupción).
El ministro israelí de Exteriores, Silvan Shalom, partidario de asistir a Londres, declaró a la radio del Ejército que, pese a las declaraciones positivas, la ANP no ha hecho nada para reducir el terrorismo. Los palestinos responden que mientras Israel habla de paz prosigue con la construcción del muro y aplica castigos colectivos con el cierre de las ciudades.
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