"La industria de animación es tan floja que parece un mercadillo"
A Iñigo Berasategui y José Mari Goenaga (San Sebastián, 1976), les llueven las peticiones de entrevistas. Sobre todo desde que su película, Supertramps, estrenada en euskera en Euskadi a principios de diciembre y galardonada con el Premio al Mejor Largometraje en la sección Enfants Terribles del Festival Internacional de Cine de Gijón, fue nominada a los premios Goya a la mejor película de animación. Por eso se reparten el trabajo de promoción de esta historia de aventuras sobre un grupo de animales de ciudad.
Pregunta. Glup hablaba sobre el reciclaje, Supertramps lanza un mensaje contra el racismo. ¿La animación infantil debe transmitir valores?
Respuesta. No. La película tiene que ser entretenida. Ahora, tampoco está de más que transmita una serie de principios. En todo caso, Supertramps no es una película moralista; es una aventura que trata temas de actualidad. ¿Que conciencia a los pequeños? ¡Mucho mejor!
P. Técnicamente, ¿ha sido también una aventura?.
R. Hemos utilizado una técnica novedosa. Los decorados se han realizado a partir de maquetas reales hechas a mano y los personajes, en tres dimensiones, en el ordenador. El resultado es una película más cálida. Nos ha gustado el resultado, así que utilizaremos la misma técnica en Cristobal Molón, una película sobre un grupo de insectos que viaja a la luna, que también vamos a coproducir con Irusoin.
P. Es un matrimonio de conveniencia...
R.Por ahora, bien avenido. Juntos hicimos Glup y ahora Supertramps. O coproduces o los proyectos se quedan en el cajón, porque son costosísimos. Supertramp, que tiene subvenciones, ha costado 1,2 millones de euros. Ahora buscamos compañeros de viaje para hacer una serie sobre Bámbulo, el personaje de Bernardo Atxaga
P. ¿Es entonces una osadía hacer hoy animación?
R. En EE. UU no, porque tienen una maquinaria de producción y un sistema de promoción impresionantes. Pero aquí... La industria de cine de animación es tan floja que parece un mercadillo. Tendríamos que aprender y mucho de sus campañas de marketing. Llevamos un año oyendo hablar de Los increíbles y Supertramps empezó a sonar con la Semana de Cine Fantástico y de Terror.
P. ¿Cómo competir?
R. Con historias divertidas, pero sencillas, que evitan planteamientos complicados y costosos inapreciables para el espectador. Y en calidad no desmerecen.
P. ¿Se puede hablar de animación sin mencionar a los japoneses?
R. En Japón han creado un estilo muy propio, el manga, pero es que además se ve mucha animación porque hay más cultura del cómic... Si Miyazaki estrena en Japón un trabajo se ve más que El señor de los anillos.
P. ¿En España se sigue considerando un género infantil?
R. La gente se va sacudiendo esos prejuicios, que trabajos como los de Pixar (Los increíbles) o del tipo de South Park han ayudado a que cada vez entren más adultos, reticentes por la fama ñoñas de las películas de la Disney. La gente no quiere "moralina".
P. Los animadores están a medio camino entre cineastas y artistas. ¿Se sienten en tierra de nadie?
R. En cierto modo sí. Dirigir animación no tiene nada que ver con dirigir imagen real. Las películas de dibujos se cuentan con más gags visuales y una estructura más repetitiva. Sería bueno romper con eso, como ha hecho Miyazaki. Sus trabajos podrían ser de actores.
P. El animador, ¿se cree un dios?
R. Hombre, creas el muñeco y escribes su destino... Pero a veces es malo. Un actor te puede dar nuevas ideas o incluso salvar una película de guión flojo. Aquí, todo es responsabilidad tuya.
P. Creció con series como Heidi, Marco... ¿Cómo ve la evolución del género?
R. Ha cambiado mucho. Hace poco he visto Vicky el vikingo y me pareció buenísima: ha envejecido muy bien. Y, al final, ese es el termómetro para saber si un producto es bueno o malo.
PERFIL
Iñigo Berasategui (San Sebastián, 1968) estudió diseño gráfico y realizó un curso de animación en 2-D. Desde hace más de una década forma parte del equipo de Dibulitoon, que durante años ha realizado capítulos para series internacionales. Recientemente, la productora se lanzó a la producción propia, con Irusoin. Fruto de esa colaboración, Berasategui ha co-dirigido 'Glup' y ahora 'Supertramps', largo que se estrena mañana fuera de Euskadi.
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